Producción y texto: Matías Errázuriz
Fotos: Carlos Ibarra
Nota publicada en la edición 132 de la Revista D&D, Diseño y Decoración en la Argentina
Sus propietarios soñaban con una casa que armonizara con el paisaje y respetara las tradiciones de esta región. Una casa a la vez auténtica y contemporánea, con el equilibrio y la simplicidad del estilo gauchesco, aunque sin caer en las imitaciones.
Una finca abandonada a cien metros del mar, rodeada de campos y colinas que se pierden en el infinito, fue la recompensa de su búsqueda. Esta chacra marítima en las afueras de Pinamar consta de tres construcciones con usos muy diferentes. La casa principal está compuesta por un pequeño salón, dos habitaciones, un cuarto de baño y una cocina. Su tesoro son dos magníficas terrazas desde las que se contempla por un lado el mar, y por otro el campo que la circunda. La casa de huéspedes consta de una habitación y un baño, en tanto un gran galpón hace de garaje, donde además se guardan un bote, motos y herramientas de la chacra.
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