El salón es, con toda probabilidad, la estancia de la casa en la que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. En la mayoría de las ocasiones tienen que compartir el mismo espacio el comedor y la zona de estar, lo que constituye un quebradero de cabeza cuando el espacio es limitado.
Pero todo tiene solución, aplicando unos sencillos trucos vamos a conseguir que nuestro salón parezca más grande, luminoso, ordenado y acogedor. ¿Lo vemos?
El blanco es el color que más refleja la luz, combínalo con amarillo, beige y arena en paredes, tapicerías, telas de cojines y plaids para conseguir un espacio más luminoso. Si, además, optas por muebles y complementos que reflejan la luz, como el cristal, la laca, el metal... conseguirás multiplicarla.
Para vestir las ventanas elige telas ligeras, vaporosas, de lino o algodón que dejan entrar la luz y, a la vez, mantienen la intimidad.
Si te ves en la necesidad de colocar muebles debajo de una ventana que sean siempre piezas pequeñas y sofás de respaldo bajo y tapicería en tonos claros.
Antes de decorar un salón, lo primero es preguntarte qué necesitas realmente. Está claro que si en casa sois dos o tres personas es suficiente con un sofá y una butaca, pero si sois familia numerosa lo más lógico es que coloques dos sofás o un sofá rinconero.
Una regla infalible es despejar el salón para ganar espacio y eso lo consigues colocando muebles proporcionados a los metros disponibles y arrimando los muebles más voluminosos a las paredes.
No hay nada más opuesto al orden y el confort que un salón atestado de muebles y objetos decorativos. Pon solo las piezas justas y necesarias y si el salón es pequeño y tienes necesidad de disponer de muchos asientos, es preferible optar por un sofá el "L" porque te va a restar menos espacio.
Por último, respeta las distancias entre los muebles por dos cuestiones, primero por comodidad y, en segundo lugar, porque el salón parecerá más grande.
En el salón el espacio para almacenar vajilla y todo tipo de menaje así como mantelerías, etc. nunca es suficiente. Si dispones de un espacio grande lo mejor son las alacenas con gran capacidad donde puedes exhibir las piezas más especiales. Si tienes la necesidad de guardar libros, lo más práctico es elegir una estantería abierta en la parte superior, donde colocar libros y algún objeto decorativo y armarios cerrados en la parte inferior que te ayudarán a mantener el orden y a ocultar lo que no quieras tener a la vista.
Si el salón es pequeño lo ideal es colocar una librería abierta de techo a suelo. Si combinas los libros con otros objetos decorativos y alguna planta será más ligera visualmente.
Si el salón dispone de alguna esquina o rincón muerto puedes crear una hornacina de manera limpia y rápida con pladur. Píntala del mismo color que la pared del salón para integrarla.
A la hora de elegir una estantería tienes que planificarla bien para que no resulte demasiado grande para el espacio disponible y robe demasiados metros al salón. Otro aspecto importante es combinar la estética con tus necesidades reales. Lo ideal es decantarse por una librería a medida para el espacio disponible o bien por un sistema modular que va a poder crecer según tus necesidades.
Por último, además de librerías y alacenas, otro mueble que puede darte mucho juego a la hora de habilitar espacio de almacenaje son los aparadores, que por lo general ocupan menos espacio y puedes acoplar en un rincón que te quede libre.