Los rincones y recovecos que descubren los que allí paran están llenos a modo de "horror vacui" de antigüedades como viejas máquinas de escribir, antiguas radios y gramolas que se presentan en un espacio donde las paredes desconchadas enmarcan la decoración. Un espacio decadente donde tomar un té de cerezas o ¡un zumo de cactus! a la vez que ojeamos un libro de la biblioteca o disfrutamos de obras de autores como Bulgakov y Tolstoi.
Un proyecto decorativo de estilo dirty chic que tiene como trasfondo promover la llamada literatura eslava Cooperativa, que apoya a jóvenes escritores de Europa Central y Oriental y los Balcanes.
Fotografías [] Joséf K
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