A la hora de pintar las paredes, normalmente me inclino por el blanco, me encanta la luminosidad que aporta. Mi segundo color es el gris, en sus tonos más claros. Sin embargo, últimamente me atraen muchísimo los colores fuertes combinados con el blanco.
Cuando vi este dormitorio pintado en azul verdoso, fue amor a primera vista. Resta muy poca luz y en combinación con los muebles blancos y en madera natural que decorar la estancia ¡queda perfecto! un toque de color ideal.
La decoración del dormitorio es muy sencilla, cuenta con los elementos básicos: cama + mesillas + armario. Y tiene un plus importantísimo gracias a que es una habitación muy espaciosa: un espacio de trabajo, con una mesa y silla en la parte más luminosa y una zona de almacenaje formada por estanterías ligeras de metal que han colocado al lado de la cama.
En contraste con el color azul, la decoración de las paredes se ha realizado con láminas blancas que destacan muchísimo y que quedan perfectas. Los textiles en tonos empolvados, combinando también a la perfección con el tono de las paredes.
Dime, ¿te atreverías con el azul? ;)
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