El violeta es, probablemente, el color con más connotaciones espirituales. Las religiones, tanto orientales como occidentales, lo han usado como símbolo del misticismo, la santidad, la pureza o el luto. Vamos a ver cómo puedes añadir algunas de estas emociones a tu hogar. Como siempre, dependiendo del tono que elijas las impresiones que causes variarán. Sin embargo, algunas de ellas son comunes a toda la gama. La tranquilidad y el sosiego irán siempre de su mano, pues la capacidad sedante es la característica distintiva de todos los colores fríos.
Distintos grados, distintas sensaciones
Si aclaramos la mezcla obtendremos una mayor delicadeza , a la vez que podremos usarlo en superficies mayores al aumentar su ligereza. Los tonos muy saturados, cercanos al morado oscuro, los emplearemos aisladamente, con lo que originaremos efectos realmente interesantes. Es un color que tiene escasa capacidad para reflejar la luz lo que, unido a la impresión de profundidad que le acompaña, nos obligará a tener cuidado si no queremos transformar esos ambientes reposados que buscamos en incómodos, plomizos o melancólicos.
Creando el rincón perfecto
Su habilidad para crear espacios en los que reine la calma hace de este color una elección idónea para lugares en los que se necesite concentración, como salas de estudio o lectura, en las que estimulará la actividad intelectual. Aquí podrá juntarse con azules y verdes para intensificar esta sensación.
En las habitaciones favorecerá la tranquilidad y con ello el sueño. Sin embargo, no es aconsejable en las de los más pequeños a no ser que se trata de pequeños detalles. Por el contrario, el cuarto de un adolescente quedará perfecto con este color vistiendo sus paredes.
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Imágenes: Bruguer, Valentine y Facilisimo.com