Aplicar las reglas de oro de Marie Kondo y de Alicia de Orden y Limpieza en Casa han sido durante mi último año una de mis máximas para sentirnos a gusto en casa. Perro y niña de un año pueden llegar a tener los efectos de un tornado en un hogar si no se impone un poco de disciplina. Juguetes tirados por todos lados con riesgo de lesionar, mantas de pelos que se pegan a la ropa, cansancio y consecuente desorden amenazan continuamente con tomar el control.
Pero además de cuidar de que tu casa siga en condiciones habitables, para mi también es importante que resulte acogedora y bonita. Creo que rodearse de cosas bellas es otra rutina que deberíamos instaurar en nuestras vidas. No es lo mismo amanecer contemplando un prado verde que una ventana tapiada, ¿o no?
Pienso que cuidar los tonos que escogemos en paredes y muebles, los cuadros que colgamos, los textiles, y rodearnos de plantas y flores afectan directamente a nuestro día a día y logran maravillas sobre nuestro estado de ánimo. ¿Estáis de acuerdo? ¿También sois de decorar con flores?
Debe ser que yo estaba saliendo de uno de esos bloqueos creativos del que os hablaba la semana pasada, porque de repente me entraron unas ganas bárbaras de llenar todos los jarrones de casa de flores y darle un poco de vida a algunos lugares claves de la casa.
Como en el barrio en el que vivimos las floristerías (y las tiendas en general) aun brillan por su ausencia, decidí recoger algunas de estas flores de color lila que crecen por los alrededores. Recuerdan un poco a la lavanda, por la tonalidad y por la forma de la planta, ¿verdad?
Hace tiempo que a mi padre le dio por coleccionar botellas y jarrones de cristal bonito. Los tenía expuestos en una balda del instituto en el que daba clase. El conjunto era precioso, los había de todas las formas y colores... Yo acabé con algunos de ellos, que afortunadamente han sobrevivido a las mudanzas y las ganas de minimizar en trastos que se gasta mi compañero del alma.
Llené algunas de estas piezas de cristal con las flores que recogí y los coloqué en tres zonas de casa sobre las que nuestros ojos pasan a menudo: la mesa de centro del salón, la entrada y el cuarto de baño.
En la mesa de centro, sobre una bandeja de Zara Home dañada que ahora he tuneado con Chalk Paint. Cuando Emma anda por allí tenemos que colocarla sobre la mesa de comedor para que no la alcance y se forme un estropicio.
En el cuarto de baño, sobre este mueble en torre que tiene cestas a modo de cajones.
Excepto por el suelo de esta habitación, el color blanco prioriza. Así que un poco de color le viene de maravilla.
En la entrada de casa, sobre este mueble de Ikea concebido para poner plantas, pero que nosotros hemos colocado aquí porque sus medidas se ajustan a la perfección al espacio y su diseño es sencillo y funcional (aunque también tenemos otro igual para plantas en el salón).
¿Qué os parecen estas tres zonas?