Independientemente del bando en el que te sitúes, San Valentín puede ser una oportunidad maravillosa para, sin grandes gastos, disfrutar de una cena romántica con tu pareja, una ocasión que deberíamos repetir con más frecuencia a lo largo del año. Conseguir que el ambiente sea adecuado sin caer en la cursilería es sencillo si no abusamos de tópicos como grandes corazones, enormes ramos de flores o peluches gigantes. ?Quieres ver algunas ideas?
El desayuno en la cama es todo un clásico. Además, es un detalle que se tendría que extender a todos los fines de semana del año. Es esencial preparar con esmero una bandeja para presentar las viandas, pero no hacen falta lazos ni un abuso del color del amor, el rojo. Bastará con que los elementos estén ordenadamente colocados.
Lo que sí podemos hacer para darle el punto de ternura a este desayuno en compañía es servirnos de un menaje inspirado en los motivos gráficos que suelen representar al sentimiento que se pretende homenajear. En este sentido, podemos echar mano de platos con forma de corazón o de tazas que lo lleven impreso.
Si ya es demasiado tarde para encontrar un juego de café o dos simples tazas con dibujos propios de la festividad, nada mejor que acompañar los servicios de menaje disponibles con dulces con formas alusivas. Si el supermercado está cerrado, no te preocupes: dibuja un bonito corazón con la espuma del café.
Las flores son económicas, siempre que te decantes por alguna especie común. Así pues, un centro floral es una condición casi indispensable para que la mesa represente fielmente la dimensión de tu cariño. Si eres profundamente clásico, un lazo rodeando el jarrón será perfecto. Si te defines como alguien atrevido, prueba con una boa de plumas.
Las flores son económicas, siempre que te decantes por alguna especie común. Así pues, un centro floral es una condición casi indispensable para que la mesa represente fielmente la dimensión de tu cariño. Si eres profundamente clásico, un lazo rodeando el jarrón será perfecto. Si te defines como alguien atrevido, prueba con una boa de plumas.
Si vas a esperar a la noche para disfrutar de una cena en la intimidad de tu hogar, quizá quieras añadir algún adorno que, sin llegar a ser exagerado, aporte un matiz diferente. Una vajilla en tonos rojos, unas velas, una rosa encima del plato, unas pegatinas diseminadas por el mantel, algún ornamento dorado, unos pétalos de rosa...