Me encanta mi trabajo, pero mas me encanta descubrir tras el estrés, los acelerones, o incluso los inconvenientes, el resultado de como se le ha ido dando forma y cambio a cada espacio. Desde que se estudia el interior, desde que te pones en la piel del otro, y recoges sus ideas, inquietudes y gustos, hasta como le das ese toque definitivo y original tan tuyo, y que finalmente se ve plasmado en el resultado y que sorprende de una u otra manera a quien confía en ti y en tu trabajo.
Un camino difícil, nadie dijo que las obras lo fueran, o en ocasiones hasta los nervios de los clientes, pero finalmente, y después de todo, cuando se siguen tus pautas e ideas, es gratificante ver tu sello y la cara de felicidad después de todo el trabajo.
Así es como cuando después de un inicial planteamiento, vemos lo que supone el cambio de un baño como el que traemos hoy. Una apuesta diferente y arriesgada para darle solución y estilo a un espacio tan angosto y difícil como es una buhardilla.
Un rincón que lejos de verse escurridizo o complicado, se ha conseguido potenciar y darle un aire muy elegante.
Estudiar el interior y ver sus posibilidades, atreviéndose en algún caso con tendencias y acabados que lejos de ser nuestra predilección, marcaran la diferencia en lo decorativo.
Con un toque de papel pintado, y esos guiños de latón dorado sin duda este espacio parece haberse multiplicado, y haberse convertido en el rincón perfecto.
¿Que me decis?
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