El proceso es muy simple. Limpiamos las latas con agua y jabón sin dejar restos de papel de la etiqueta. Después, cogemos el bote de pintura en spray y lo agitamos unos segundos después de oír las bolas mezcladoras. Este paso es importante para homogeneizar la mezcla dentro del aerosol. 1 minuto es más que suficiente aunque los más estrictos lo alargan tanto como pueden. Lo cierto es que a más agitación, mejor rendimiento, pero tampoco sin exagerar.
A la hora de pintar tenemos que mantener una distancia prudencial para evitar chorretones. Si os ocurriera, no os preocupéis por nada. Esperáis a que seque, lijáis la zona donde haya quedado la acumulación y volvéis a pintar.
Una vez secas y para darles un toque rústico, las frotó muy ligeramente con una lija suave para quitarles el polvo sobrante y erosionar levemente los relieves. Después puso espuma de base dentro de las latas para aguantar las velas y un poco de musgo para adornar. Así es cómo quedó.
En la sencillez está el gusto y este centro navideño nos parece muy acertado. Simple, austero, bonito y muy DIY.
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Felices fiestas.
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