Como ya he escrito por aquí unas cuantas veces (perdón si me hago pesada), me considero una entusiasta de la cultura mediterránea, de sus playas y paisajes, por supuesto, de su gastronomía, y también del carácter alegre y abierto de su gente. ‘A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino…’ dice la canción de Serrat. El Mediterráneo tiene enclaves únicos en el mundo, empezando por las Islas Baleares y la mágica Formentera, Sardeña, Sicilia, la Costa Amalfitana, Grecia y sus islas, Turquía o Malta. Todos ellos son destinos más que conocidos y turísticos, y algunos los he podido visitar. Luego existen otros, algo más exóticos. Por ejemplo, el Líbano.
Imágenes: The Voyageur
La verdad es que nunca me he planteado viajar a ese país, y mucho menos para irme de vacaciones, pero si algún día me decidiera a conocer este pequeño estado, no me importaría alojarme en este acogedor Bed & Breakfast llamado Difla. Con capacidad para 3 huéspedes, el apartamento está ubicado en la caótica y bulliciosa Beirut, dentro de un edificio típico de la arquitectura tradicional, y está decorado cuidando al máximo los detalles, con piezas y muebles recuperados. La propietaria y encargada de acoger a los visitantes se llama Mirna, arquitecta y diseñadora de interiores de profesión además de una apasionada de las antigüedades. La casa es una mezcla de influencias árabes, francesas, turcas e italianas, que reflejan la personalidad y el gusto de Mirna.
Difla se encuentra dentro de una exclusiva selección de alojamientos particulares en el Líbano agrupados en el portal L’Hote Libanais, y resultan una magnífica opción para conocer el país.
PD. El blog también se va a surcar el Mediterráneo unos días, concretamente al Cabo de Gata, un destino pendiente que por fin voy a tachar de la lista. Os lo iré mostrando en las redes sociales. Hasta la vuelta!