Partiendo de esta base, nuestras casas tienen la obligación de ser nuestros lugares de confort y recogimiento, y para ello, uno se tiene que formular una serie de preguntas que nos ayudará a crear la imagen de aquellos espacios con los que soñamos y los que al mismo tiempo, nos van a dar la funcionalidad que esperamos:
¿Cómo me gusta vivir en mi casa?
¿Cuáles son mis costumbres diarias?
¿Y mis aficiones?
¿Cuál es mi manera de relacionarme con quien voy a compartir ese espacio?
¿Qué grado de intimidad necesitan las personas que van a vivir en ella?
¿Cuál es el estilo con el que me siento identificado?
¿Qué tipo de iluminación necesito para mi día a día?
Aunque todas ellas parezcan preguntas muy básicas o complementarias, en realidad son la base de todo proyecto de interiorismo. Si logramos encontrar la respuesta correcta para todas ellas reduciremos considerablemente las opciones a sentirnos defraudados con el resultado final, o si más no, a cansarnos de ciertos espacios y colores a corto plazo.
Todo ello junto a una adecuada elección de los materiales y unos criterios de sostenibilidad ecológicos nos acercaran cada vez más al exito. Con esta firme base, tendremos claras las directrices que deberemos trasladar a nuestro profesional de confianza.
Desde Molins Interiors, interioristas en Barcelona, siempre hemos defendido que nuestros hábitats deben de ser funcionales, estéticamente equilibrados, dándonos el 100% de confort y repercutiendo positivamente en nuestra calidad de vida, que es al fin y al cabo lo que todo ser humano busca.
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