El estilo nórdico es un estilo de decoración cada vez más empleado para la decoración de hogar. Nació en el norte de Europa y llegó aquí, sin duda, para quedarse. Pero… ¿En qué consiste exactamente? ¿Cuáles son sus características? A continuación, te explicamos cuáles son sus particularidades y cómo aplicarlas a tu hogar:
1. Luminosidad y colores claros
Una casa decorada al estilo nórdico brilla por su luminosidad. ¡Nada de cuevas oscuras! El estilo nórdico busca la entrada de luz natural en nuestro hogar, creando un ambiente mucho más limpio. Además, combina esta entrada de luz con colores claros, lo que consigue una casa mucho más luminosa y atractiva.
Por eso, es habitual encontrar grandes cantidades de blanco en este tipo de decoración. Se trata de un color brillante y luminoso que se adapta a la perfección con el estilo nórdico. Aún así, no debemos olvidarnos de darle un toque de color a nuestra casa, ¡no queremos que sea monótona!
Es habitual encontrar elementos decorativos propios de la naturaleza en este tipo de estilo. Ya sea utilizando materiales naturales en sus muebles, como estampados de hojas en los textiles.
La madera, por ejemplo, es un elemento de la naturaleza muy usado en el estilo nórdico. Tanto en muebles, como en suelos. De hecho, es normal encontrar parqué en casas decoradas con este estilo. Y más, si la madera de este suelo es más bien clarita.
El estilo nórdico se caracteriza por su sencillez. No busca recargar las habitaciones, ni emplear demasiada decoración o elementos decorativos. Todo lo contrario. Busca un aspecto limpio y espacioso. Nada de poner adornos porque sí.
Esto se consigue, como hemos mencionado, no recargando demasiado la decoración. Y, si queremos añadir un toque decorativo a nuestro hogar, podemos emplear líneas rectas. También muy habituales en este estilo.
Y tú, ¿te animas con el estilo nórdico?
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