Con una cocina abierta a la zona de comedor y salón, todo el mobiliario se encuentra integrado en blanco a modo de piezas completas casi de suelo a techo, donde el frontal de mármol blanco de la zona de trabajo es lo único que rompe con el esquema. La mesa de comedor en madera natural y hierro aportan el toque de calidez junto a las flores y las macetas con plantas. Una mención especial es para las lámparas llenas de personalidad y diseño.
Teniendo en cuenta que los metros no son muchos, todo encaja en su sitio. El el baño destaca por su revestimiento de pared con azulejos blancos cuadrados colocados a cartabón y, como en casi todas las viviendas nórdicas, por falta de espacio en la cocina, la lavadora-secadora se integra perfectamente en esta estancia. Un mini apartamento muy “cuco” pero nada “cursi” lleno de todo lo necesario.
¡Feliz díaa todos!
Fotografías [ ] Per Jansson