Sin embargo es muy fácil dar consejos, pero no tanto la bases para que estos sean útiles, así que te proponemos un guión básico para llevar a cabo tus deseos en tu hogar, oficina o cualquier estancia que desees, de manera ordenada y sin olvidar ningún aspecto.
1.La distribución
En primer lugar analizaremos los flujos de transito. Es decir, la interacción entre los distintos espacios, los elementos divisorios y la normativa a implementar. Combinar todo eso no siempre es fácil.
2.La resolución funcional
Un espacio que no funciona no está bien diseñado. Para evitar esto precisamente, se recomienda implementar un mobiliario hecho a medida y adaptado a los distintos elementos tecnológicos.
2.La luz
Jugar con la luz interpretándola como un material más. Tanto la luz natural como la artificial se pueden usar de manera que nuestros elementos se proyecten más o menos. En muchas ocasiones, el buen o mal uso de la luz es la clave del éxito y del fracaso. Debemos tener en cuenta que la luz crea una atmósfera, muy importante en el resultado final.
3.Las instalaciones
Nunca las debemos dejar para el final. Pues si bien son elementos que se colocan en última instancia, sus instalaciones no son tan sencillas como parecen en ocasiones, y estas deben estar pensadas y aplicadas en la estructura inicial.
4. Los materiales
Partiremos de dos conceptos; funcionalidad y estética. Anteponer la funcionalidad es una práctica recomendada. Una vez dicho objeto cumple con esa función, nos fijaremos en la parte más estética, siempre cumpliendo nuestras expectativas y ayudando a reforzar la idea de concepto para el que han sido elegidos.
5. Confort y resistencia
Comodidad, ergonomía y resistencia son elementos claves. El confort no está reñido con la estética, pero si para que esta sea uniforme debemos olvidar el confort, nos estaremos equivocando. De nada sirve diseñar un espacio muy bonito si al fin y al cabo no podemos vivir en él.
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