Por definición, una casa de campo ofrece refugio y consuelo frente a las tensiones diarias de la vida moderna. Por lo tanto, es normal que la cocina -que durante siglos ha tenido un papel destacado como centro de la casa- sea el lugar principal del hogar, donde la familia se reúne para alimentarse, trabajar y relajarse. La cocina rural, pulso y fuente de satisfacción, consigue acomodar los elementos de la vida moderna al tiempo que reinterpreta el pintoresco estilo de vida del pasado rural.
Pasado y presente
Las casas de campo típicas normalmente tenían un comedor integrado en una cocina multifuncional y una zona de estar. En el siglo XVIII, Inglaterra fue el primer país europeo donde se creó una habitación específica para comer. Ahora bien, aunque la nobleza más moderna disfrutaba comiendo en este nuevo y elegante espacio, para la mayoría de la población la cocina siguió siendo, hasta bien entrado el siglo XIX, el espacio principal para comer y para estar. Tanto en Europa como en América, la floreciente clase media le tomó el gusto a los comedores agradables y cómodos, que solían estar amueblados con una amalgama de objetos decorativos rústicos y contemporáneos junto con antigüedades del siglo XVIII.La estética que define la experiencia rural en la actualidad es cómoda y segura, a la vez que sinónimo de libertad y ocio. No existe mejor aislamiento del mundo exterior que el ambiente acogedor e íntimo que se crea en el espacio destinado a cocinar y comer: para una alegre celebración, es el lugar donde la familia se reúne para relajarse, charlar y compartir risas y una buena comida preparada con cariño. Para no pocas personas, cocinar es un pasatiempo relajante, una forma de unión no sólo con familiares y amigos, sino también con la tierra. Para otras, la satisfacción de reunirse para cocinar y disfrutar de la comida hace que la cocina y el comedor sean los espacios más queridos.
Buscando el confort
En el mundo actual, el comedor de una casa se inspira en la filosofía rural para crear un espacio cómodo y acogedor que recuerde la cocina de las casas de campo. En este escenario, los muebles suelen ser sencillos: una sólida mesa de pino rodeada de sillas de asientos desgastados fabricadas en diferentes maderas y estilos ?desde la silla Windsor hasta la silla con respaldo de listones-, armarios de pino roble y olmo, telas desteñidas y sencillas vajillas de cerámica que recuerdan la calidez de la vida rural.Pero la sencillez del campo también se puede encontrar en una cocina y un comedor minimalista con electrodomésticos modernos y elegantes, mesas y sillas de líneas puras fabricadas en materiales naturales como el cuero y el roble, o con materiales artificiales como el aluminio o el plexiglás.
Por Judith Miller, autora del libro 'Estilo rural', editado por Blume.