Les hizo falta una buena limpieza, reponer con masilla algún trozo que faltaba, darle tratamiento antipolilla... En fin, un poco de mimos...,
..., antes de redecorarlas con pintura blanca.
Sin embargo, tras terminar la primera mano decidimos que no, que ese no iba a ser su color definitivo...
¡El verde mint iba a serlo! Tras dos capas con el nuevo color, las ménsulas lucían así.
Y tras un lijado selectivo e ingentes cantidades de cera...
..., lo hacían así...
Se deja entrever, por algunas zonas, el blanco inicial...,
..., así parece que las volutas y los frutos tallados nos cuentan más de su vida anterior...
..., lo cual no deja de ser cierto, pues ambas tienen casi cien años y, por tanto, muchas cosas que contar...
Las hemos puesto sobre la cama para que os hagáis una idea más clara de sus dimensiones.
No hemos dicho que para una de nosotras tienen mucho valor sentimental... Se quedan, por tanto, en casa, y lucirán en un lugar determinado que, por motivos ajenos a nuestra voluntad, no podemos enseñaros hoy.
El trompo, a la hora de hacer los agujeros para colgarlas, se volvió loco al romperse la broca con la que estábamos taladrando a pared, y no sabéis el destrozo que le hicimos a la misma... En fin, hemos tenido que tapar y pintar, y eso lo ha retrasado un poco... ¡Pero en nada os las mostramos colocadas!
¡FELIZ FIN DE SEMANA!