Os explico un poco la historia de las velas flotantes, y es que me recuerdan mucho a mi abuela, que vivía en extremara (a unos 1000km de nosotros) y cuando íbamos los veranos siempre le ponía estas velitas al señor en un pequeño altar que tenía para que hiciéramos bien el viaje.
No os voy a aburrir con el proceso porque es muy básico: unas latas de conserva (en mi caso de las baratas, del "Dia"), unas manitas de pintura a la tiza, unos simpáticos sellos y una capita de barniz mate. Luego simplemente es rellenarlas de aceite (de quemar o, como en mi caso, aromático) con un poco de agua, no al revés como yo hice al principio, agua con unas gotas de aceite y al minuto las velas ya se habían consumido. Y no hay mas botones que pulsar ni más secretos, solo relajarse un momento hipnotizado por la danza de la llama, y el aroma de la esencia quemada....
Ahora solo falta que me ayudéis a soplar las velas, fácil, no? Y para compartir este momento con vosotras, a las 3 o 4 primeras que me lo pidáis y que me sigáis, os envío estos pequeños porta velas (con sus velas flotantes, claro). Dos ya están hechos, los otros 2 los dejo a vuestra elección el acabado...
Y con este post, participo en el funde frugal de colorín colorado de marcela, así que os invito a todas a ver los trabajos de las compañeras y amigas creativas, que cada semana se superan...
Feliz y creativo finde guapas!!!!