“Hace ya varios meses os contaba por aquí cómo estaba siendo nuestra experiencia en las clases de piscina y los maravillosos beneficios de esta actividad para mi pequeña. Hoy quería explicaros cómo está siendo este segundo año, los ejercicios que trabajamos y cómo se ha ido reforzando nuestro vínculo en el agua.
En este segundo año seguimos con los mismos rituales a la hora de entrar y salir del agua. La música y las canciones con coreografía siguen siendo un elemento principal de las clases. Continuamos haciendo inmersiones, pero ahora son ellos quienes muchas veces se tiran al agua o nos piden tirarse por el tobogán.
También hacemos inmersiones conjuntas madre-hija y empiezan a soltarse con brazos y piernas en distancias cortas, especialmente si es mamá quien espera al otro lado. En esta fase trabajamos mucho algunos ejercicios como la entrada y salida del agua, los desplazamientos laterales en el borde de la piscina y el equilibrio tanto en el agua como encima de la colchoneta…”
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