En Argelia el cous cous se prepara con tomate y legumbres, en Marruecos con azafrán y en Túnez con garbanzos y harissa picante. Cada versión es diferente pero todas se cocinan los viernes.
La tradición árabe manda que el cous cous es el plato de los viernes. El día comienza con una visita al mercado para comprar los productos frescos. La visita al mercado es uno de los mayores placeres que disfrutar en Marruecos. Las frutas y verduras llegan desde huertos cercanos en carros tirados por burros, recién recogidos y servidos por las mismas manos que fueron cultivadas. Los olores y colores son un espectáculo. Huele a naranja, a especias, a menta fresca, a pan recién hecho...
Con la cesta llena, las familias se reúnen, encienden los fogones y comienzan a elaborar con mimo este exquisito plato. Una vez preparado, el cous cous se disfruta comiendo con las manos con toda la familia reunida alrededor de la mesa.
Como cuenta Carl Honore en su libro:
Cocinar y comer juntos son actividades que forman vínculos entre la gente. Una comida relajada y sociable tiene un efecto calmante, e incluso civilizador, y allana el apresuramiento demencial de la vida moderna.Por eso, hoy quiero inaugurar los viernes de cous cous. Un espacio en el que amantes de la vida lenta nos sentaremos a la mesa para disfrutar de una buena conversación. No tendremos cous cous todos los viernes, pero si lo hay será el viernes.
El primer invitado es perfecto para regalarse un ratito de slowfood, ponerse el delantal y que el tiempo pase delante de los fogones.
¿Quién será?
Si quieres ser tú el próximo en sentarte a la mesa, no dudes en contactar conmigo!
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