Lucrecia Borgia

Lucrecia Borgia

Lucrecia Borgia, Señora de Pesaro y Gradara, duquesa de Bisceglie y princesa de Salerno, duquesa de Ferrara, Módena y Reggio.
Es una de los personajes más fascinaste de la historia, perteneció a una época donde las mujeres prácticamente no existían, la sociedad de su mundo era dirigida exclusivamente por hombres y aunque se perteneciera a una familia poderosa, su destino era el de un buen casamiento para aumentar el poder de la familia, en su caso controlado por su padre el poderosísimo Rodrigo Borgia, nada menos que el Papa Alejandro VI, el mejor ejemplo de maquiavelismo de su tiempo.

El mundo en que se crio fue uno de los más corrupto de la historia de la iglesia, cuando ésta estaba en un periodo de esplendor político e influyente en todo occidente, donde el Papa era elegido entre las familias más influyentes y poderosas, lo que hacía que el soborno, la corrupción y si era necesario la eliminación de la competencia por todos los medios para conseguir el ansiado poder.

Si a todo eso le sumamos una decadencia y depravación moral que reinaba en la corte clerical de Roma, no es de extrañar que se produjera la gran ruptura de muchos cristianos con la iglesia de Roma.

Lucrecia nace en Subiaco el 18 de abril de 1480 hija del entones cardenal Rodrigo Borgia y de la amante de éste Vannozza Cattanei.

Cuando Rodrigo se convierte en el Papa Alejandro VI decide sacar partido de la pequeña Lucrecia y la casa a la temprana edad de trece años con Giovanni Sforza, con lo que pretende el apoyo de la poderosa familia Sforza. Pero al poco tiempo se da cuenta que puede obtener mejores beneficios con otra boda, por lo que presiona a su yerno para que se declare públicamente impotente y así anular el matrimonio al no haberse consumado.



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Al negarse éste Rodrigo ordena su muerte y se libra de ser asesinado por medio de Lucrecia que lo avisa a tiempo. Pero finalmente las presiones sobre Giovanni fueron tan fuertes que terminó confesándose impotente.

Mientras esto sucedía Lucrecia estuvo oculta en un convento, pero a los 17 años se quedó embarazada, unos dicen que de su hermano Cesar que además era Cardenal en Roma, otros de su propio padre y otros de un tal Perotto que era la persona encargada de mantener la comunicación con Lucrecia.

Para complicarlo más hubo dos decretos de Alejandro VI en uno reconocía al niño como hijo del hermano de Lucrecia y en otro posterior que era hijo de él mismo, pero en ninguno se decía que fuera hijo de Lucrecia. Incluso Perotto reconoció que el hijo era suyo.

Finalmente, el niño fue adoptado por Cesar que además lo nombró duque de Camerino.

Se casó por segunda vez con Alfonso de Aragón, por motivos políticos, pero las discrepancias por las intrigas de los Borgia y también probablemente los celos que Cesar tenía, llevaron al intento de asesinato de Alfonso logrando herirle, a su vez los partidarios de Alfonso intentaron eliminar a Cesar, por lo que insiste en acabar con la vida de Alfonso y logra finalmente asesinarlo cuando se recuperaba de sus heridas.

El origen de este odio podría venir de que Lucrecia se estuviera enamorando de su marido, el cual era bastante atractivo y Cesar atacado por la sífilis estaba físicamente en muy mal estado vistiendo siempre de negro y enmascarado para ocultar los daños de la enfermedad en su, en otro momento, atractivo rostro.

Pasado un año de la muerte de Alfonso es nombrada administradora de la Iglesia y del Vaticano, algo inaudito por ser tan joven y además mujer. Esto demuestra la inteligencia, grandes conocimientos y capacidad de trabajo de los que estaba dotada, haciendo que su padre se arriesgara tanto con este nombramiento por encima de su propia familia y de sus poderosos aliados.

Por todo esto cuando la intentan casar nuevamente con Alfonso dÉste heredero de la influyente casa de Ferrara, se tiene que recurrir a todo tipo de presiones para que los Ferrara acepten. Lo cual consiguen con sus habituales métodos de persuasión.

A estas alturas los odios generados por su perversa familia se ven reflejados en ella y prácticamente se le acusa a sus espaldas de todo, desde las más perversas degeneradas prácticas sexuales, ser la ramera del Papa, ser cómplice de los asesinatos de su familia, en los cueles ella actuaría como mano ejecutora, aunque sería realmente su padre el aficionado a envenenar en los banquetes a sus opositores o rivales.





En Ferrara no se le conoce ningún escándalo y al heredar de su marido los títulos se convierte en duquesa de Ferrara. Fue una gran mecenas de las artes y gobernó con éxito sus dominios a la muerte de su marido, siendo denominada por sus súbditos la madre del pueblo.

Que tuvo varios amantes, seguro que sí, ya que nunca se casó por amor, y la vida disoluta de la época era moneda común en las altas familias corrompidas, solo que a ella se la señaló más que a nadie, de hecho, falleció con solo 39 años viuda y de complicaciones de parto de un hijo de padre desconocido.

De Lucrecia nos queda muy poco escrito cierto, la mayoría son historias manipuladas, incluso los retratos que de ella existen no se tiene claro que reflejen su verdadera imagen, pero parece claro que era bastante atractiva.

De ella permanecen las leyendas de los anillos huecos con venenos mortales, y las mayores depravaciones sexuales que se pueden dar, pero la realidad es que fue una superviviente que supo triunfar en un mundo de hombres para finalmente acabar falleciendo dueña total de su vida.

Imágenes cortesía de wikipedia.

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