Aprovechando mi reciente visita a la tienda Noak Room, me ha dado el venazo nórdico así que hoy quiero compartir una vivienda en Estocolmo que huele a escandinavo por todas partes. Empezando por el uso del blanco y la ausencia de cortinas, que potencian al máximo la entrada de luz en el apartamento.
Siempre me ha atraído el recurso de pintar de color negro las juntas de las baldosas, sobretdo en las de tipo ‘metro de NY’. El negro y el blanco son la base para conseguir un look nórdico pero también es necesario aplicar algo de color. En este caso, el verde es el que rompe la bicromía ‘black & white’, presente en la butaca del salón ( la pieza estrella ), los cojines del sofá, la lámpara de techo y los tallos de las flores frescas.
Imágenes: Fantastic Frank
En el área del dormitorio, destaca el toque femenino del espejo de tocador y el portacollares, como también varios libros antiguos, apilados sin orden lógico sobre la repisa de la ventana. La cama de grandes dimensiones y el cabecero tapizado con tela gris oscura, completan un estilismo sencillo y limpio. En el baño, una simple banqueta sirve de mesita para colocar los productos de aseo y también para apoyar un globo terráqueo.
Bajo mi punto de vista, la limitación cromática de la decoración contribuye a crear una atmósfera serena y relajada, a pesar de que particularmente soy más policromática.