Tenia ilusión en conocer un mercado tan afamado, pero al llegar no pude más que decepcionarme.
El entorno, un suburbio al norte de la ciudad , me pareció el Bronx neoyorquino (aunque ahora esté de moda) un mercadillo cutre de puestos de marcas falsas nos llevó al afamado centro comercial de las pulgas, llamado "Marché aux puces" de Paris.
Dentro el ambiente era distinto, tiendas, almonedas y brocantes me esperaban, pocas piezas interesantes y precios desorbitados. Mi conclusión y recomendación para todos las amantes de los objetos vintage es que no perdáis vuestro tiempo en visitarlo, hay mercadillos al aire libre mucho más bonitos e interesantes que el de las pulgas de Paris como son los de Bruselas, Milán o Bucarest.
Ya que estuve allí aproveché la visita y saqué algunas fotos del mercado para que os hagáis una idea, aunque hay piezas sorprendentes os recuerdo que los precios son prohibitivos.