Tenia gran curiosidad desde que una buena amiga lo descubrió hace meses por casualidad. Su chico es ferroviario y ella encontró este restaurante para darle una sorpresa. Así somos las mujeres de detallistas, ¡supera eso ferroviario!
¿Quién podría pensar que, en un pueblo de la serranía madrileña, podríamos encontrar una antigua estación de ferrocarril de principios del siglo XX albergando un restaurante de postín?
Todo se lo debemos a un aventurero llamado Benito que quiso cumplir su sueño creando dicha estación con dos vagones históricos en su pueblo natal. Él nos demuestra que con voluntad y tesón todo es posible.
Benito se hizo con su primer vagón de madera de 1930, en el desguace de Renfe. Éste funcionó como tren correo a principios del siglo XX. Años más tarde compró a un particular un vagón de vía estrecha, del año 1890, en el que parece ser viajó Alfonso XII durante una visita a Cataluña.
A día de hoy es un restaurante afamado y exclusivo y ya tengo ganas de probarlo por mí misma, es perfecto para una ocasión especial.
Os dejo a continuación una serie de imágenes para descubriros este tesoro escondido y con mucha historia.-