Plantas de interior: cuidados y tipos

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Pocas cosas decoran tanto como una linda planta con flores o de colores llamativos. Sin embargo, no todas las plantas sirven para vivir en interiores, e incluso las que si, requieren de cuidados específicos. Aquí te pasamos algunos tipos de plantas que se pueden cultivar dentro de casa:
-Las orquídeas. Son plantas muy decorativas, pero su cuidado, sin embargo, exige ciertos conocimientos específicos. Si sos amateur en el cuidado de plantas, mejor empezar con algo más simple.
-Las plantas con flor. Entre ellas destacan la lis, el hibisco o la flor de luna.
-Las plantas verdes también crecen muy a menudo en las regiones tropicales. Necesitan calor y humedad, de ahí su abundante follaje.
-Los cactus y las plantas grasas (agaves) son muy fáciles de cuidar, pues al proceder de regiones áridas no necesitan demasiado riego, sino que crean su propia reserva de agua. Así que no te preocupes si olvidas de regarlas.
-Los bulbos de interior como la amarillis que florece en Navidad o la cúrcuma rosa.
¿Qué necesitan?
Para que la planta crezca y florezca, hay que tener en cuenta varios elementos:
-La luz
Las plantas necesitan luz. Ponlas cerca de la ventana o utiliza la luminosidad artificial de una lámpara de sodio o de tubos fluorescentes. Evita las lámparas de mercurio, ya que son perjudiciales para la salud y el entorno.
-La temperatura
Lo ideal es poder mantener la temperatura de la habitación entre 18° y 20°. Puedes modificarla algunos grados por la noche. Esta variación es positiva para la planta pues establecerá su ritmo en cada momento. Hazte con un variador, pero no dejes de prestar atención a las corrientes de aire.
-La humedad
Cuando hace mucho calor se recomienda humedecer la planta, bien con un brumizador, o colocando el tiesto encima de piedras de arcilla o grava empapada de agua. El agua se evapora y humedece la planta. No es nada aconsejable colocar la planta cerca de un radiador. Si hace demasiado calor, podría estropearse y pudrirse.
¿Cómo cuidarlas?
Cada planta es única y necesita unos cuidados particulares. Consulta a tu florista siempre que compres una planta.
-El riego
En cuanto al riego, no hay nada escrito, pero puedes esperar a que la superficie del sustrato de la planta esté seca para regarla. Éste es un buen indicio. Para asegurarte de que la tierra aún sigue húmeda, agujeréala con una caña de bambú. Si al retirarla lleva tierra adherida, significa que la planta aún no necesita ser regada.
Importante: Acuérdate de limpiar las hojas grandes de las plantas verdes, ya que el polvo impide que respiren y reciban luz. Además, también es un gran modo de humedecerlas.
-La medida y el corte
Para que una planta se vea bonita y con vida es aconsejable retirar de forma regular las ramas muertas, las enfermas y las hojas estropeadas.
-El abono
Debes abonar la planta durante su período de crecimiento, entre marzo y septiembre. Si puedes, elige un abono biológico. Repite la operación cada quince días pero no excedas la dosis indicada.
-Transplante
Desde el momento en que la compras, hay que trasplantarla cuanto antes, sobre todo si las raíces están muy oprimidas: un tiesto demasiado pequeño puede retrasar el crecimiento de la planta. Por lo general, hay que esperar a que finalice el invierno, justo antes de la floración. Elige un tiesto de arcilla entre 2 y 4 cm más grande de diámetro que el anterior tiesto, así dejarás que las raíces respiren.
¿Cómo darse cuenta de que la planta está enferma?
Las plantas pueden sufrir por el calor o por el exceso o la falta de agua. Este malestar se puede traducir de diferentes maneras.
A una planta que recibe poca luz se le marchitarán y alargarán los tallos. Para evitarlo sólo tienes que colocarla cerca de una ventana o de la luz artificial. Evita el contacto directo con la luz del sol, los rayos podrían quemar las hojas.
Las hojas de una planta demasiado o poco regada amarillearán y se marchitarán.
Trasplántala y seca el sustrato, éste estará demasiado húmedo, y problema resuelto. Sin embargo, si la planta está demasiado seca, vaporiza el reverso de las hojas cada día.
Importante: Hay plantas, como el aloe vera, que reciben el nombre de descontaminantes, es decir, que sanean el ambiente.
¿Cómo lo hacen? Todo se debe a un principio de intercambio gaseoso. Las hojas de la planta absorben los elementos contaminantes que residen en el aire y los transforman en productos orgánicos de los que alimentarse.
Así, la planta expulsa el vapor de agua con el que mejorará la tasa de humedad y el oxígeno del ambiente.
Contra más grande es la planta, más importante es el intercambio de gases.
Estas plantas se pueden colocar sin temor en cualquier estancia de la casa, incluso en la habitación, porque la cantidad de monóxido que expulsan por la noche es inferior a la cantidad de oxígeno que expulsan durante el día.
Sin embargo, hay otras plantas o flores, como el muguete, el botón de oro o la rosa del desierto, que se consideran tóxicas. Éstas no deben permanecer al alcance de los niños ya que, tras tocarlas, podrían llevarse las manos a la boca.
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