En adición, las ventajas que ofrece una ducha son cada vez más y más atractivas. Y es que una de las principales se trata de una ventaja que a nadie le viene mal: el ahorro de espacio en el cuarto de baño. Cuando cambias la bañera por una ducha, liberas una gran cantidad de espacio en tu cuarto de baño, simplemente porque la ducha ocupa menos que la bañera. Y como ya hemos dicho, eso es algo que a nadie le viene mal. Los cuartos de baño pueden ser en muchas ocasiones una de las estancias más reducidas de la casa, y por eso un poco de espacio extra puede ser crucial para evitar una sensación de agobio en el cuarto de baño.
Pero además, las duchas ofrecen muchas otras bondades. Una de ellas es su facilidad para acceder a ellas y a hacer uso de ellas, ya que no hay que saltar esa barrera tan peligrosa que aporta la bañera. Así las cosas, la ducha es una buena opción especialmente para aquellas personas que tienen una movilidad reducida o una determinada edad. Pero claro, la ducha también aporta más comodidad cuando hay que limpiar la ducha, puesto que hay que limpiar menos y es de un acceso más fácil. De esta manera, queda claro que con la ducha todo son comodidades.
Otra cuestión es la económica. La ducha es más fácil y barata de mantener, y, como con ella optas por ducharte en lugar de bañarte, ahorras tiempo y agua, lo cual repercute cada mes en tu factura del agua. Con la ducha, ahorras tiempo, esfuerzo y dinero. También hay que tener en cuenta que el mercado, como la demanda de duchas es cada vez mayor que la de bañeras, está más enfocado hacia estas últimas. Por ello, encontrarás una mayor variedad de duchas, entre as cuales podrás encontrar, sin duda alguna, aquella que más se adapta a ti y a las necesidades de tu familia. Una gran opción que te aporta multitud de ventajas.