Ingredientes
1 paquete de gelatina de fresa o frambuesa (2 sobres)
1 paquete de gelatina de manzana, kiwi, o limón (2 sobres)
1 paquete de láminas de gelatina neutra (12 láminas, la cantidad necesaria para 1 litro de líquido)
1 bote grande de leche condensada (740 gr)
Preparación
Preparamos dos moldes rectangulares pequeños de aluminio, de los desechables, o dos táperes, untándolos con un poco de aceite de girasol para que luego sea más fácil desmoldar la gelatina. Medidas aproximadas: 21×15 cm
Preparamos la gelatina de sabores según las instrucciones del fabricante.
En mi caso, comenzamos con la gelatina
de fresa. Ponemos a hervir dos vasos de agua, cuando hierva agregamos el contenido de los dos sobres, y removemos hasta su completa disolución.
Agregamos otros dos vasos de agua fría, y removemos hasta que esté bien disuelto. Vertemos sobre el molde que hemos preparado, y dejamos en el frigorífico mínimo 3 horas, mejor de un día para otro.
Repetimos estos pasos con la gelatina verde: de manzana, kiwi o limón. Si usamos gelatina de limón, agregaremos unas gotas de colorante verde a uno de los vasos de agua fría que añadimos a la gelatina.
Una vez solidificada la gelatina, la desmoldamos con cuidado, y con un cuchillo afilado que iremos mojando en agua caliente, cortamos en cuadrados. No hace falta que sean regulares. Mezclamos con cuidado ambas gelatinas.
Preparamos un molde de bundt, o cualquier otro tipo de molde (se puede hacer en un bol cualquiera, de plástico o de cristal), untándolo con un poco de aceite de girasol para que resulte fácil de desmoldar.
Colocamos los cuadrados de gelatina verde y roja repartidos en el molde.
Ponemos a hidratar las 12 láminas de gelatina neutra en un bol con agua fría 5 minutos.
Calentamos un vaso de agua hasta que hierva, lo ponemos en un bol amplio y agregamos las hojas de gelatina hidratadas y escurridas. Removemos hasta que se disuelvan completamente.
Agregamos la leche condensada al bol donde hemos disuelto las hojas de gelatina (y no al revés o quedarán grumos) mientras que removemos continuamente.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente, unos 15 minutos.
Vertemos la gelatina de leche condensada en el molde donde habíamos colocado previamente los cubitos de gelatina de colores. La leche condensada no debe superar el nivel de los cuadrados de gelatina de colores, ya que estos flotan, y si no la parte de abajo (que luego será la parte superior de nuestra gelatina) quedaría solo blanca.
Dejamos enfriar en el frigorífico mínimo 3 horas, idealmente de un día para otro.
Para desmoldar, debería bastar con girar el molde. Si la gelatina no cae, podemos pasar con cuidado un cuchillo afilado por el borde, y frotar el molde por fuera con un paño caliente hasta que salga.
Si aún así no sale, podemos sumergir el molde unos segundos en agua muy caliente. Si sigue sin despegarse, abre el frigorífico, y saca esos envases con tapa donde pone ?yogur? porque me temo que es lo que tendréis que tomar de postre.
Via:La receta de la felicidad