No debemos olvidar, y tendríamos que tener siempre en cuenta, que el lugar en el que vivimos nos marca de una manera u otra. La sensación de armonía, de colores combinados, de detalles personales… lo que habla de nosotros y que en el fondo nos hace sentir bien.Nuestro trabajo ha consistido en escucharla, saber sus gustos, sus cajitas, fotos, marcos, muebles y otras muchas cosas y redecorar su salón.
Estas son las primeras imágenes que tomamos antes de empezar nuestro cambio.
En la pared hemos recuperado unos óleos guardados y despejado la vitrina de época.
El otro mueble,
Lo hemos vaciado de copas y vasos, para colocar en sus estanterías botes de cristal con diferentes popurrís de flores secas y distintos colores y tamaños.
En el centro de la zona de los sillones hemos aprovechado un baúl como mesa de centro, rescatando, una vez más detalles que hemos encontrado en este salón, incluso en alguna caja escondida del garaje.
La verdad es que Pilar nos dejó total libertad para que eligiésemos lo que nos gustaba y colocar su espacio a nuestro gusto, aunque conocemos el suyo.
A la derecha de la chimenea tiene otro de los muebles especiales de este salón, y confieso estar totalmente
Cuando llegamos, como veis en la fotografía,no desprende ninguna personalidad, copas de cristal y marcos de fotografías, desdiciendo la clase de su porte.
Colocamos un cuadro hecho a mano con cuentas, lentejuelas y seda que encontramos en el garaje,
Hicimos lo mismo con el aparador de pino,cambiando su aspecto completamente.Quitamos todas la copas de cristal y porcelana, sustituyéndolo por unos libros, cajitas y convirtiéndolo en un espacio personal, donde poder disfrutar de un desayuno tranquilo.
aprovechando una mesa de escritorio y una silla de estudio realizada en piel que se encontraban en una esquina sin sacarle el partido decorativo y funcional que prometían.
Así nos lo encontramos.
Cambiamos la mesa de escritorio de sentido, para que ocupara menos espacio, dejando libre la salida a la zona de la terraza, quitando el sillón azul que se ve en la imagen.Colocamos sobre el escritorio la luz adecuada y detalles como una máquina de escribir antigua. También cambiamos los visillos blancos, que aportan una luz fría, por unas cortinas de rejilla de color marfil que dan un tono mucho mas cálido al salón y a este espacio.
El cambio ha sido mas que notable, subrayando una vez mas, la importancia de utilizar luces adecuadas para crear entornos acogedores.Os recomendamos, en casi todas las ocasiones, la utilización de luces indirectas, olvidándonos de las luces de techo.Casi diría relegándolas exclusivamente a la cocina.
Y así nos ha quedado este cambio…Destacamos la cortina, en la esquina, que realmente es una colcha hecha a mano,así sustituimos los visillos blancos.
Nosotras por nuestra parte agradecerle, de corazón, su confianza en nosotras por dejarnos hacer este cambio y por su confianza, mas allá…
Y, como siempre no nos despedimos sin presentaros a su espectacular e inseparable amiga, Jana, que también nos colmó de mimos.
MUCHAS GRACIAS.
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