Con todo esto, seguramente podamos inspirarnos y sacar buenas ideas para incorporar a nuestro propio hogar. No te lo pierdas, ¡Liliana nos cuenta todo con sumo detalle!
“Adquirí un departamento de dos ambientes en un edificio antiguo y señorial. Voy a remodelarlo totalmente, me encantan sus paredes gruesas y sus techos altos. Al entrar nos encontramos con un hall. En él hice un sócalo de treinta centímetros de alto, con el mismo porcelanato que continuará en el living. Sobre él coloqué una bandeja con tres potiches cada uno de un color diferente, al lado un macetero alto y angosto con ramas de colores.
Las paredes fueron forradas con tela transparente, previamente lijadas y enduídas (la tela disimula imperfecciones). Sin retirarnos del hall, en una de las paredes, hay un cuadro rectangular, alto, con colores amarillos, rojos y verdes.
Los pisos del living, en un porcelanato de grises, verdes y blancos. Dos paredes pintadas de color vino, el resto en un beige rojizo. Sobre la base de la ventana del living, reposa una estantería en donde coloqué bonsáis.
Una mesa redonda, con superficie de mármol, pie hexagonal, sillas de roble tapizadas en pana color marrón y sillón de pana del mismo color, terminan dando un toque de elegancia al recinto.
La cortina de la ventana de tela rústica, marrón oscuro, con barral de madera y los vidrios amplios que permiten la entrada franca de luz.
Nos vamos a la cocina, con cerámicos brillantes beige esfumados con blanco. Una pequeña mesa rebatible adosada a la pared que permite ampliar el paso si se la baja y se la coloque de forma vertical. Mesada de granito, y bajo mesada con cuatro puertas color beige claro, simulando una corteza de un árbol, terminación de aluminio, manijas rectas y canilla monocomando, completan la mesada de mi cocina.
No hay alacena, para ganar espacio visual, pero sí una repisa donde coloqué todos los frascos y especieros. Plantas bajo una pequeña ventana le dan un toque más hogareño aún. Los techos y la parte superior de las paredes acompañan pintadas de color verde suave, casi un verde agua.
El piso de la cocina tiene baldozones rústicos color marrón oscuro, mechado con vetas claras, que continúan hasta el lavadero. La cocina se divide de él con una puerta plegadiza enchapada en roble.
Dentro del lavadero, un ténder adosado a la pared, un lavarropas y algunas plantas más, son todas las cosas que tengo colocadas.
Intenté darle a mi departamento ese calor de hogar que muchas veces nos invita a estar en nuestras casas. Espero les haya gustado.”
Y nosotros, por otro parte, esperamos les haya sido útil el relato de Liliana, que nos abrió su hogar y nos dio muchas ideas para decorar nuestras propias casas.