Retomar el blog con la decoración raw como protagonista no es casual. El término RAW (crudo) es una clave de vida que va mucho más allá de la estética, de la forma o el diseño; es una filosofía vital que surge de la necesidad que tenemos hoy en día de romper con el artificio. Es una vuelta a lo auténtico, a los materiales naturales sin aditivos, sin conservantes ni colorantes. Se inicia en la cocina y acaba invadiendo todo nuestro hogar, todo nuestro modo de vida. ¿Por qué en la cocina? Porque es ahí donde se produce ese primer encuentro con lo natural. Sólo basta con echar un vistazo a los anuncios, las revistas, las noticias (o cualquier medio de información) para darse cuenta de que lo ECO está de moda y se plantea como uno de los grandes cambios de nuestra sociedad. Queremos comer sano, sin artificio, directamente de la materia prima a nuestro plato. ¿Por qué? Porque este pequeño gesto nos da una esperanza de conseguir una vida más armónica, duradera, sana y feliz. Esta (buena) obsesión foodie se ha trasladado a todo lo que podemos mejorar en nuestro entorno para vivir, respirar, dormir, relajarnos y, en definitiva, desarrollarnos en un ambiente más auténtico y natural. Lo natural supone aceptar las cosas como son, sin falsearlas, ya sea en una receta o en un diseño. Por esto se pone cada vez más en valor la belleza de lo imperfecto, el WABI SABI que llaman los japoneses y que nos está calando muy hondo. Conseguir ese equilibrio entre tecnología y artesanía es el reto de la nueva decoración y con ello conseguir una existencia libre de tóxicos en todos los ámbitos de nuestra vida. Damos la bienvenida a lo artesanal, a la arruga, a las vetas, al acabado rugoso e imperfecto, a todo lo que es de verdad. Queremos aumentar la presencia de materiales naturales en nuestros hogares: dormitorios repletos de sábanas de algodón orgánico, lino, muebles de madera sin tratar o tratados de forma respetuosa (fuera barnices tóxicos), cerámica de verdad (nada de imitaciones), porcelana, barro cocido, estancias cálidas y acogedoras con alfombras y mobiliario de yute, ratán, mimbre, bambú, hoja de maíz, lana, piedra, cristal soplado y podríamos estar así hasta el infinito. Tenemos mil imágenes en la cabeza que queremos ir descubriendo con vosotros día a día, post a post. Esta tendencia refleja también nuestra vuelta a este mundo 2.0 que, lejos de ser cien por cien natural en origen, está luchando por ser cada vez más auténtico y por ayudar a encontrar ese modo de vida más saludable, veraz, amable y feliz que todos buscamos. La decoración es un paso más y por eso vemos fundamental esta vuelta a lo auténtico. Recuperemos la veta, la arruga, las grietas, la TEXTURA en definitiva.
Esto ha sido sólo un pequeño avance, pero tenemos tema para rato porque no es una tendencia más, no es un estilo más, no es una moda pasajera que acabará olvidándose cuando llegue otra; no puede ser así porque es más que eso. Es una búsqueda de lo natural y esperamos que esta clara conciencia de relentizar el ritmo frenético y, muchas veces artificioso que llevamos, traspase pantallas y algoritmos para instalarse en lo más importante, nuestro bienestar.
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