¿Qué es lo primero que haces al despertarte?, ¿observar los primeros rayos de sol?, ¿dar un beso a tu pareja?, ¿un poco de yoga para despertar el cuerpo?. En la mayoría de casos, tristemente, no.
Lo primero que todos hacemos es mirar el reloj. Él marca el ritmo. Y sigue haciéndolo durante todo el día, mientras corremos de un sitio a otro, de una tarea a la siguiente. Cada momento forma parte de una danza incesante y donde quiera que miremos, el tic-tac del reloj sigue marcando nuestro ritmo.
Una sociedad como la nuestra de actividad frenética nos empuja a todas horas a aplicar el principio de que el tiempo es oro a cada momento del día y de la noche. Ni siquiera ya el sueño es refugio de la prisa.
Pero aún no es tarde! Hay alternativas para reducir la velocidad y vivir una vida lenta.
¿Conoces el movimiento slow?
Slow no se trata de vivir en una tumbona (que no estaría mal) se trata de encontrar el equilibrio entre el dolce far niente con el dinamismo de nuestra época. Ser lento significa permanecer sosegado incluso ante situaciones que nos fuerzan a acelerar. Recuerda, las cosas importantes no deberían acelerarse.
Las dos fotos son de Mad about the House.
¿Construimos juntos un templo para el sosiego en el que replantearnos nuestra relación con el tiempo? Ningún lugar mejor que nuestra casa para saborear y disfrutar la vida.
Fuente de Mi casa no es de muñecas y de Chicdeco
Mi lugar favorito en casa sin duda es la terraza. Cuando necesito parar, hago café y salgo allí a respirar. En invierno, lo hago con una chaqueta gordita y amorosa y ahora que los primeros rayos de sol empiezan a asomar me encanta salir a ver atardecer con un café humeante entre las manos.
Mi propuesta de inspiración para decorar terrazas está cargada de vegetación, cactus, alfombras bereber, textiles étnicos y coloridos y mobiliario de madera natural.
Fotos de Apartmentf15
¿Cómo lo ves, te atreves a tomar el tiempo y transformar tu terraza en un espacio slow?
Un saludo y recuerda...
Dentro de tu casa, el estilo de vida que quieres, lo decides tú