Después de un largo día el llegar a casa se convierte en el momento de desconectar de todo. Necesitamos tranquilidad, relajarnos y tener ese momento tuyo, aunque sea unos pocos minutos pero los necesitamos, como dice Mafalda "Paren el mundo que me quiero bajar".
Muy cierto, hay días en que todo va muy rápido, piensas que no eres capaz de llegar a todo, la agenda se convierte en una marea de tachones en los que vas pasando una cosa de un día a otro.
Estos días desequilibran tu salud y tu mente y el lugar donde refugiarse de toda esa vorágine, es nuestra casa, nuestro refugio, donde nos sentimos seguros y donde buscamos un poco de paz.
La decoración slow ha llegado a nuestras casas, cada vez más buscamos rodearnos de cosas bonitas y que nos hagan sentir bien con lo que vemos. Colores suaves, texturas delicadas, juegos de luces, son algunas de los detalles a tener en cuenta a la hora de decorar. ¿Qué quieres sentir cuando abres la puerta de tu casa? ¿Qué tonos te hacen sentir tranquilidad? Para gustos están colores ya lo sabemos, por eso es importante rodearte de lo que te aporte calma, ese lugar que consiga darte esa tranquilidad que buscas. Si que es cierto que lo vas a conseguir si tienes en cuenta algunas normas básicas como son el orden y la limpieza.
Darte algún que otro capricho, tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán. Un baño relajante, unos estiramientos, incluso los rituales de limpiarse la piel y tonificarla te dan un subidón de energía. Cualquier pequeño gesto para nosotros mismos sube la autoestima y te dan un aporte de energía.
Recuerda que es tu momento slow.
Vía: pinterest