Los centros creados con ellas son el método ideal para añadir alegría a tu casa. Su frescor, colorido, la multitud de formas que pueden presentar y su amplia gama cromática les hacen tener cabida en cualquier espacio. Si quieres aprender la mejor manera de sacarles partido, sólo tienes que seguir leyendo.
Elegir a las protagonistas
Escoger a los ocupantes del recipiente definirá, obviamente, gran parte del resultado final. La forma y el color serán sus características fundamentales. Deberás combinar adecuadamente estos rasgos en las diferentes especies que escojas. Lo más frecuente es emplear esquemas de tonos cálidos (rojos, amarillos o naranjas) o fríos (verdes y azules).El blanco, como siempre, será tu comodín a la hora de dar un toque distinto al conjunto. También afectará la estructura de la flor y de su tallo. Los elementos vegetales de cuerpo más ancho se mantendrán rectos con mayor facilidad, mientras que los delgados es posible que necesiten alguna ayuda extra, como guías o alambres.
Una mezcla que resulta siempre efectiva consiste en emplear un mismo tipo de flor y elegir distintas variedades. De este modo conseguirás mantener la coherencia gracias a que las especies compartirán un aspecto similar, pero mantendrás la diversidad con el empleo de diversos colores.
Formas, materiales y ubicación
Los ramos pueden presentar composiciones muy distintas. Un número reducido de flores recreará un aspecto más humilde que se adaptará bien a zonas reducidas. En una habitación amplia la cantidad deberá ser mayor. Si la disposición del centro tiende a la horizontalidad, los espacios aparentarán estar más ocupados.El recipiente es clave e influirá enormemente en el diseño del centro. El ancho de su boca y su altura serán fundamentales a la hora de emplazar los tallos de las plantas. Si está fabricado en un material transparente, deberás extremar el cuidado al ser completamente visible la decoración del ramo.
La variedad de materiales en que pueden estar fabricados los jarrones es muy amplia. El mimbre es un clásico, perfecto para dar imagen de frescura y alegría. De manera prácticamente automática, se tiende a situar el arreglo floral en el justo epicentro de la mesa. Si bien esta posibilidad casi siempre resulta correcta, no descartes inmediatamente otras alternativas, como acercarlo a uno de los extremos del mueble, sobre todo si queremos dirigir las miradas hacia un área concreta.
Trucos y cuidado
En los recipientes transparentes podemos emplear guijarros u otro material para rellenar el fondo. Este recurso decorativo personalizará tu centro a la vez que romperá la monotonía que podría provocar la visión de los tallos desnudos. Asegúrate de que los elementos que introduces están limpios para no ensuciar el agua del recipiente.Hay varios métodos que te ayudarán a alargar la vida de las flores dentro de su nueva ubicación. Introducir una aspirina en el líquido, mantiene su aspecto limpio, incluso de los elementos desprendidos por la propia planta. Tendrás que evitar la exposición directa a la luz solar: es un valioso consejo que te permitirá lucir en todo su esplendor tu nuevo centro.
Recuerda que el tallo de algunas plantas sigue creciendo pese a haber sido cortado, de forma que has de vigilarlo, volviendo a seccionarlo si es preciso. En caso contrario, al sobresalir más las flores, éstas podrían ceder por su propio peso, estropeando la composición.