A la hora de crear nuestros centros de mesa podemos emplear diferentes elementos y detalles, para crear todo tipo de composiciones. Hablamos de velas, piedras, jarrones, bandejas, platos y, por supuesto, el elemento estrella: las flores. Y es que no hay nada como las flores para aportar frescura, color y estilo a la decoración de una estancia. De este modo, los centros florales van a aportar un toque de elegancia a nuestras mesas, convirtiéndose en el punto de atención.
Y lo mejor de todo es que vamos a ser nosotros mismos los que creemos nuestros centros de mesa florales. Podemos empezar recogiendo diferentes tipos de flores de la naturaleza, en un tranquilo paseo por el campo. Para ello tendremos que llevar unas tijeras o un cuchillo afilado, con los que podamos hacer cortes limpios. Además, es preferible recogerlas por la tarde, pues hay menos humedad.
Una vez recogidas, tendremos que hacer diferentes ramilletes con ellas, para colgarlas boca abajo entre dos y cuatro semanas, en un lugar seco, oscuro y bien aireados. Además, para conseguir que duren más tiempo vamos a rociarlas con laca del pelo.
Pasadas las semanas veremos que las flores están secas, pero aún así mantienen toda su belleza. Sin embargo, van a ser realmente delicadas y, por ello, para limpiarlas vamos a emplear el secador de pelo a mínima potencia o vapor. ¡Siempre con mucho cuidado!
De este modo, contando con la hermosura de las flores, pocos elementos más necesitaremos para crear nuestros centros de mesa. Tan solo una bandeja o un bonito jarrón, y lo tendremos listo. Pero, si lo preferimos, podemos añadir otros toques y elementos decorativos, que podemos escoger según la estación en la que estemos. Por ejemplo, para el otoño se nos ocurren detalles como velas, piñas, hojas, ramas de canela, fruta deshidratada... ¡Dejad volar vuestra imaginación!
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