La verdad es que en general me parece una interiorista bastante osada, no sé si sería capaz de convivir con muchos de estos espacios, pero no me negaréis que son un derroche de personalidad. Sin embargo parece que cuando la ocasión lo requiere, como en la casa de campo del último proyecto, también es capaz de adaptarse y pisar el freno (eso sí, con algún que otro guiño, como la graciosa lámpara a la que le salen ramas y personajes acomodados en ellas).
De la primera vivienda destacaría la explosión de color, la locura de un baño en rojo ¡quién dijo miedo! (a mí me da un poco); el dormitorio infantil que es el sueño de cualquier niño y está aprovechado al máximo (claro que con esas preciosas carpinterías blancas, el suelo de espiga y la luz que tiene, ya es un espacio privilegiado de por sí); el comedor también me encanta, dos bancos actúan de cabecera de mesa y el resto son sillas, cada una de “su padre y de su madre”. En realidad todo el espacio de salón, comedor y cocina es una locura, hay tres suelos diferentes y tres materiales distintos en las paredes. ¿Quién se atreve con esto?
La segunda vivienda es algo más “light”, mis espacios favoritos son sin duda el comedor y la pequeña zona de trabajo, ahí destaco el color y la luz, también el contraste entre “lo clásico” de la boiserie en la parte inferior de la pared con lo “informal” de la pizarra en la superior.
Y finalizo con ese proyecto de casa de campo, sin duda el dormitorio es espectacular, pero ¿qué me decís del rincón frente a la chimenea de piedra?, para morir…
Appartement familial
Recoleta Paris 3
Maison de campagne
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