He descubierto nuevos restaurantes con encanto en Madrid y hoy os enseño
tres de ellos que están en la misma calle del castizo barrio de Chamberí.
Sus estilos son muy distintos pero todos ellos ideales y muy recomendables.
El primero, MO de Movimiento (Espronceda, 34) tiene una estética limpia y
natural. No sólo es bonito, es realmente impactante por su novedoso concepto
que reivindica, en todos los ámbitos, la necesidad de reinventar el ocio y la
restauración haciéndolos más conscientes y sostenibles.
El local, de mil metros cuadrados, fue el Teatro Espronceda y después un
estudio de grabación de la agencia EFE. La reforma llevó año y medio de
obras, abrió a finales de febrero y, tras el cierre por la pandemia, ha vuelto
a abrir sus puertas a finales de mayo.
Una reforma muy estudiada en la que se ha intentado respetar el espacio,
mantener o recuperar todo lo posible del antiguo edificio y reutilizar los
escombros para hacer partes de la estructura e incluso del mobiliario.
Las sillas, por ejemplo, proceden de las antiguas butacas del teatro. Piezas
sencillas y únicas que demuestran que la imaginación puede ayudar a crear
un futuro más sostenible.
Muchos son los detalles que reivindican otro modo de consumo: los zurcidos
de las camisas de los uniformes del personal, el sistema de ventilación con
enormes tinajas de barro realizadas artesanalmente, el origen de la leña que
se utiliza en hornos y calefacción, procedente de poda certificada de encinas
de Extremadura, los naranjos del patio recuperados y procedentes de Valencia
donde iban a ser talados...
Cuenta con obrador propio. Las harinas, tanto para panes como para pizzas, son
ecológicas, molidas a la piedra en Zamora y Sigüenza.
Gran parte del personal procede de las fundaciones Raíces y Tomillo y se trata
de personas en riesgo de exclusión social.
Los uniformes, diseñados por Inés Sistiaga, son prendas adquiridas en Humana
o Cáritas, teñidas con tintes naturales extraídos de los materiales el antiguo
edificio. Las manchas o roturas de las prendas se han cubierto con sashiko,
un zurcido japonés que surgió de la necesidad de conservar ropa en tiempo
de austeridad para alargar el ciclo de vida de cada prenda.
El espacio es impactante y más aún cuando se sabe el porqué de cada cosa.
La carta de MO de Movimiento es sencilla y en ella destacan las pizzas, las
verduras y las tartas artesanales.
Una carta que reivindica a los pequeños productores españoles y el comercio de
proximidad.
La mozzarella y la burrata, por ejemplo, están realizadas con leche de ganadería
extensiva de Valladolid. Las verduras proceden de distintas huertas orgánicas
nacionales, el jamón ibérico de bellota ecológico, el pollo de pastoreo, las
anchoas del Cantábrico procesadas artesanalmente en Colmenar Viejo...
Los vinos son veganos, ecológicos y biodinámicos. Y las bebidas destiladas
proceden de la primera destilería nacional cien por cien ecológica.
Lo único importado es el café, de producción ecológica por mujeres caficultoras
de la zona de Cauca en Colombia.
El precio medio está entre los 25 y 30 €. Bastante asequible si tenemos en
cuenta la calidad y cuidada selección de ingredientes.
Los restaurantes no deben estar pensados únicamente para alimentar a los
clientes sino para revolucionar su alma. Esa es la filosofía base de MO.
Enfrente de MO está el restaurante Verdura & Brasa (Espronceda, 27) que
llama la atención por su linda fachada, en especial las contraventanas en
color mint.
Abrió sus puertas en septiembre del 2019 y, tras cerrar por el confinamiento,
volvió a recibir clientes el 9 de junio.
Tiene una pequeña pero coqueta terraza en la entrada y el interior cuenta con
diversos ambientes con suficiente espacio entre mesas para sentirse cómodo y
disfrutar tranquilamente de su rica comida.
El ambiente, el concepto y la carta es más clásico, tanto estéticamente como
en cuanto a servicio se refiere. Pero igualmente dando gran importancia al
producto de temporada y a sacar lo mejor de la cocina de mercado.
El primer ambiente que encontramos al entrar tiene una barra con la zona
de brasas a la vista. La parrilla y las brasas tienen un papel fundamental en
este restaurante, como queda patente en su nombre.
Verdura & Brasa pretende dar a las verduras y las hortalizas frescas la
importancia que merecen, reivindicando el valor de la cocina del producto
procedente de la tierra.
Pero no es un restaurante vegetariano, ofrece igualmente pescados frescos
de nuestras costas, cuidados cortes de carne y distintos tipos de arroces que
completan una carta completa y variada con diferentes opciones saludables y
deliciosas.
El interiorismo es obra de Pentadiseño que ha apostado por una decoración
elegante y acogedora con tres ambientes diferenciados, la zona de bar con la
parrilla, más casual y desenfadada, la sala principal y una zona reservada para
eventos especiales.
En la sala principal destacan los panelados en madera y los motivos florales en
verdes y azules.
Al fondo la decoración va tornándose más mediterránea para dar paso a una
gran sala a modo de plaza de mercado presidida por una gran mesa ideal para
comidas en grupo y pequeños eventos.
La carta, diseñada por el chef Ignacio Sánchez Guerrero, cuenta con platos
especiales como el hinojo a la brasa, pimientos cristal, coliflor braseada, así
como platos de temporada como su afamada calabaza a la brasa.
Estacionalidad y origen se convierten en dos pilares fundamentales de la
filosofía de este restaurante que busca siempre producto fresco de calidad y
trabaja con proveedores de confianza.
A la hora de elegir, mejor si os dejáis aconsejar por el maître que sabrá guiaros
por la carta y recomendaros cantidades y maridajes. Es lo que hicimos nosotros
y quedamos muy satisfechos. Realmente es de agradecer cuando el personal,
además de agradable, resulta sincero en cuanto a cantidades y tipo de platos.
El precio por persona rondó los 40€ incluyendo martini de aperitivo, cuatro
platos distintos para compartir entre dos, dos tipos de vino (blanco/tinto) y
postre.
La carta de vinos ha sido diseñada por el sumiller Mario Arroyo y cuenta con
más de 130 referencias y más de 30 vinos por copas.
El tercer restaurante del que os quería hablar es El Capirote de Granada
(Espronceda esquina Alonso Cano), un restaurante tipo andaluz que tiene
una zona de comedor preciosamente decorada con flores y detalles en azul
turquesa como las sillas o el precioso suelo "Mare Sul Tempo" de Natucer.
Lo mejor su cazón, las croquetas de rabo de toro, los berberechos y los
pimientos de padrón.
Ideal para ir en plan informal y de picoteo.