Si hay algo que permite la decoración y el diseño de interiores es impregnarse de culturas seductoras y lejanas. Atrapar su espíritu en los ambientes domésticos adaptándolo a nuestro propio estilo. Y la estética japonesa Wabi-Sabi resulta de lo más tentadora. Captar su esencia y filosofía para trasladarla a nuestra casa es un plan maravilloso y sencillo de realizar. ¿Me sigues?
Actualmente, la decoración doméstica persigue más que nunca crear atmósferas en calma, confortables y sensibles por recuperar lo auténtico. Y nos encanta pensar que nuestros estancias se rigen por estos tres conceptos. Pues bien, ellos dan sentido a la estética Wabi-Sabi, que más bien es una filosofía y un decálogo de vida donde la sencillez y el equilibrio mandan.
Wabi-Sabi: una corriente decorativa sin normas
Integrar la corriente Wabi-Sabi en nuestra decoración es una tarea fácil si tenemos muy claro cuáles son sus principios estéticos. Incluso puede que descubramos gratamente que algunos ya forman parte de nuestra vida desde hace tiempo. Empecemos por desvelar qué significan sus dos términos japoneses para entender su esencia. Wabi quiere decir sencillez y sobriedad, mientras que Sabi puede interpretarse como antiguo y bellamente conservado. Con estos datos, es evidente que hablar de ella supone abrazar la belleza de lo auténtico, sin importar lo más mínimo si es imperfecto. Vivir rodeados de espacios muy puros y serenos, donde lo natural y lo artesanal forma un dúo magistral.
Podría decirse que si hay algo que caracteriza a la estética Wabi-Sabi es su ausencia de reglas cerradas. En ella se combina lo imperfecto y lo inacabado con una flexibilidad total. Nada predomina por encima de nada a la hora de concebir los espacios domésticos y se tiene presente un concepto fugaz y transitorio de todo lo que da forma a la decoración. Esta frase lo dice todo: “Nada dura, nada está terminado, nada es perfecto”. ¿Cómo traducir esta suma de ideas a nuestro hogar?
Atmósferas naturales y sin artificios
Una casa con un aire Wabi-Sabi debe volcarse al máximo en los elementos naturales. Apostar por ellos sin miedo y mostrándolos tal y como son, sin tratamientos ni artificios. Recordemos que la belleza de lo imperfecto es una de sus grandes máximas. Por tanto, jugar con ellos en cualquier habitación es una buena manera de empezar a lograr este mimetismo decorativo.
Cuanto más al natural se muestren los ambientes, mayor será su sensación de conexión con la Naturaleza y todo lo que ella representa. Y para lograrlo, no solo funcionan los muebles de madera poco tratados o toscos. También son de gran ayuda otros materiales naturales, como el bambú, y algunos cuantos recursos decorativos más. En concreto los tejidos naturales para vestir mesas y ventanas, o para nuestros complementos textiles. Linos y algodones son dos candidatos perfectos. Al igual que las vajillas de cerámica artesanal, o directamente piezas recuperadas.
Espacios decorados con lo imprescindible
Otro paso esencial para dar un sello Wabi-Sabi a nuestras estancias es dar la bienvenida a un minimalismo particular que aprecia el paso del tiempo. Si es que no lo hemos hecho ya. Y eso quiere decir que comenzaremos a crear ambientes más desnudos, pero no austeros. En ellos el espacio en sí mismo importa, al igual que la luz natural, y se lucen como parte de la decoración. Se trata de apostar por los muebles y los accesorios imprescindibles, para dejar muy visible la belleza de techos y paredes. Y al mismo tiempo la fuerza estéticos de los suelos, sobre todo sin son pavimentos de hormigón o de madera rústica. Piezas sencillas y a la vez especiales que serán capaces de formar un conjunto en armonía cuando ocupan su lugar. En el baño, en el salón o en nuestro dormitorio.
A su lado, debemos reservar un espacio para esos elementos y acabados que conceden una imagen con un punto decadente. Serán perfectos para acentuar esa belleza de lo imperfecto que defiende esta corriente. Armarios de madera envejecida, mesas grandes y robustas que parecen pedir a gritos ser restauradas. Y puede que algún mueble hecho con palets muy originales en su diseño y en su acabado final, rústico o manual. Si tiene nuestra firma será mucho mejor.
Colores que otorgan serenidad
A estas alturas del post solo falta tratar el aspecto cromático. ¿Qué colores dialogan con el estilo Wabi-Sabi? ¿Qué tonalidades favorecen su filosofía y realzan su estética? Si los pensamos bien, es fácil acertarlo. En su paleta cromática tiene cabida cualquier tono asociado a la Naturaleza y a los paisajes zen. Tostados y arenas, blancos y grises envejecidos, marrones oxidados y verdes oliva, etc. Apostar por ellos significará crear telones de fondo con un común denominador: nuestros ambientes transmitirán serenidad a raudales. Y nada como crear rincones donde las formas orgánicas y las especies vegetales nos hagan sentir conectados con jardines y parajes relajantes. Plantas de interior de hojas verdes o bonsáis que nos recuerden el origen de esta estética que es toda una forma de pensar y de vivir. ¿Te animas a incorporarla a tu casa?
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.