A estos dos modelos que hemos terminado, le hemos tapado algún que otro agujero que tenían de los clavos y puntillas que los sujetaban a sus muebles de origen, los hemos lijado para quitar el barniz y pintado directamente con pintura a la tiza. Una mano a brocha, y vuelta a lijar para resaltar el esplendor y la belleza de esas maderas de antes con las que se confeccionaban estos bonitos adornos.
Hace pocos días vendimos uno que ya habíamos publicado aquí, y os mostramos la foto que la clienta, contentísima, nos envió nada más ponerlo en su casa. Llevaba tiempo buscando una moldura para colocar encima del espejo de su cuarto de baño. Y la nuestra, como por arte de magia, era de la medida y el color exacto. ¡No nos negaréis que la idea de situarla sobre un sencillo espejo no lo transforma y enriquece por completo! Es el detalle justo, ese que nosotras con nuestros pequeños descubrimientos y trabajos intentamos siempre aportar. Así de emocionadas estamos con esta clienta encantadora que tuvo el detalle de enviarnos esta imagen.
Pues no nos cansaremos de estas molduras o copete, y las seguiremos buscando y rescatando con ahínco para quien se encapriche de ellos (podréis encontrarlos en Rastro con encanto).
Y ahora, a casa de Marcela que nos vamos, ¡que llegamos tarde!
¡Feliz fin de semana!