Este dúplex de 155 m2 que os mostramos hoy es un ejemplo de como una vieja casa con vigas de madera puede convertirse en un precioso dúplex desde el que poder disfrutar del encanto de una vieja estructura formada por vigas de madera envejecidas restauradas y dejadas a la vista como elemento decorativo a la vez que estructural.
Una casa que inspira naturalidad, tranquilidad y sosiego gracias a sus tonos claros potenciados por la gran cantidad de luz que entra por las ventanas. Ventanales altos y abuardillados en la planta superior que realza aun más la veta de la madera en suelos, vigas y muebles, como las sillas eames del comedor que además le aportan ese toque elegante. Y no podemos olvidar las coloridas y verdes plantas que visten y decoran cada rincón de la casa, y que personalmente pienso que son necesarios tener ya sea naturales o secas como la paniculata que adquirimos ayer en un mercadito artesano en el que participamos.
Fotos
Espero que os guste, feliz inicio de semana mentes creativas