Me encantan los paseos fotográficos.
En ciudades o pueblos, buscando escenas donde la arquitectura o el estilo
de vida son los protagonistas, pero sobre todo en el campo.
La Naturaleza es para mí la mayor fuente de inspiración, transmite calma,
autenticidad y nos regala postales tan entrañables como la de estos pequeños
terneros pastando y mamando libres con sus madres y el resto del rebaño.
Auténtico slow life que refuerza mi deseo de volver a la vida de pueblo,
de campo, alejada de las prisas y el estrés de la gran ciudad.
Este deseo de vuelta a la Naturaleza no es nuevo, incluso en épocas anteriores
en las que la vorágine urbana no existía... Ser uno con todo lo viviente, volver,
en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza (Hölderlin dixit).
De momento pequeñas escapadas, como la que hoy comparto con vosotros
a la Sierra de Madrid en pleno comienzo de la primavera.
Más adelante un auténtico retorno a la vida rural y campestre que ya estoy
ideando y casi saboreando.
Os deseo un feliz comienzo de semana.