Inspiradas por el uso al que íbamos a destinarla, el color amarillo fue el elegido.
Para restarle monotonía, optamos por pintar de blanco el exterior.
Y hacerle un estarcido gris alrededor.
Lijamos con fuerza para fusionar las tres tonalidades y darle un aire más vintage y, como colofón, le colocamos cuatro rueditas en los extremos inferiores.
¡Y así quedó por fuera...,
..., y por dentro!
Una de nosotras tiene una pequeña salita con una terraza bastante grande que, durante la pandemia, ha sido lugar de expansión de la familia; donde aplaudir, donde leer, donde tomar el sol, el aperitivo... Definitivamente, este espacio exterior ha sido, y es, la verdadera salita familiar; por eso, hay veces en las que es necesario echarse una mantita para sentirse bien del todo. Y aquí entra nuestro caja; desde el primer momento le asignamos esta función y el color, pensando en la colcha de ganchillo multicolor que iba a contener...
Debajo de las mesitas no ocupa lugar...,
..., y en cualquier momento podemos echar mano de ella para aliviar el frio exterior... Aunque, ya poco frio va a hacer por aquí en unos meses...
Con nuestro caja con ruedas, nos despedimos hasta el lunes, amigos.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!