Esta casita de madera consta de dos módulos orientados opuestamente. Uno de los módulos tiene doble altura y el otro dos plantas unidas por una escalera. Una casa diáfana pensada para que los pequeños dejen volar su imaginación y puedan imaginar los espacios. Dos grandes ventanas permiten la entrada de luz y ventilación. Los papás, además, alternaron listones sin tratar con listones pintados en blanco, de tal manera que la madera fuese envejeciendo y contrastara con las maderas blancas con el tiempo. ¿Preparados para el tour?
Fotos vía Dezeen Magazine
¿Bonita verdad? Hay dos detalles que me han gustado especialmente de esta casa. Uno es que fue construida por los padres con algo de ayuda, mientras sus hijos observaban el proceso, de esta manera pudieron apreciar que todo requiere un gran esfuerzo. Además, gran parte de los listones de madera procedían de abetos plantados por los bisabuelos y cortados por los abuelos, detalle que dota a esta construcción de más encanto!
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Que tengáis un feliz día
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