Parece mentira, pero ya ha pasado un año. Una de las cosas que se suelen decir cuando te conviertes en madre es que los bebés crecen muy rápido. Y doy fe de que eso es así. De todas formas, tampoco hay que tomárselo como algo negativo. Al menos yo soy de las que piensa que la vida son etapas, y cada una tiene sus momentos. A pesar de no ser muy amante de las celebraciones multitudinarias, para el primer aniversario de Gala me apeteció organizar una fiesta de cumpleaños en casa con la familia y amigos porque en el fondo sí que había mucho que celebrar.
Tengo que reconocer que no tenía ni la menor idea de lo que se mueve alrededor de las fiestas infantiles, como por ejemplo, que existen fiestas temáticas o que montar una mesa dulce o candy bar es todo un arte. Por no decir que acabo de descubrir lo que es un topper. Después de documentarme, tampoco varió demasiado la idea inicial que tenía y que de alguna forma era la que me recordaba a mis cumpleaños cuando era pequeña: globos, guirnaldas, confeti, platos y vasos de colores, ganchitos, sandwiches de nutella y jamón dulce, y refrescos variados. Las abuelas hicieron tortilla de patata y la tarta, un carrot cake obra de mi suegra, que estaba de muerte. Además, encargué unas galletas personalizadas como detalle para que todo el mundo se pudiera llevar un recuerdo. Y respecto a la decoración, me basé en los personajes de Nodoll. Gala ya tenía un peluche que de hecho fue el que presidió la mesa. Todos los productos para la fiesta los comercializa My Little Day y en su web encontré muchas ideas que me sirvieron para inspirarme.
Imágenes: toc toc vintage
Pero más allá de cómo preparé el primer cumpleaños de mi hija, ese día, el 6 de diciembre de 2015, también quiero que sea un punto de inflexión en mi camino hacia un sueño personal que empezó el día en que dejé mi trabajo. Durante este año en el que he podido disfrutar al máximo de la maternidad, paralelamente también me ha servido para ir perfilando mi modesto proyecto, algo que me sigue ilusionando de la misma forma que antes de quedarme embarazada. De hecho, el embarazo y la maternidad me han ayudado a saber qué es lo que realmente quiero hacer y de qué manera voy a llevarlo a cabo. Emprender no es tarea fácil, y menos aún para alguien sin experiencia en el terreno y a la que se le dan mal los números. Pero bueno, ahí reside en parte el reto.
Aunque aún es pronto para desvelar los detalles sí que puedo avanzar que será un espacio físico. Eso siempre lo tuve claro desde el principio. Empezar on-line fue algo que me sugirieron desde mi círculo más cercano: menos gastos, menos riesgo… Pero yo necesito el contacto con la gente, y trabajar desde casa no me motivaba lo más mínimo. Y mientras me peleo con hojas de Excel y técnicos del Ayuntamiento, me doy cuenta que apenas tengo tiempo para el blog y para publicar contenidos que me convenzan. Porque el proyecto y cuidar de mi hija son ahora mis prioridades. Le he estado dando vueltas al asunto y creo que lo fácil sería hacer un parón. Pero al final he decidido que no quiero dejar de publicar ya que le tengo demasiado cariño a este espacio, porque ha sido mi compañero de viaje desde que decidí cambiar de rumbo. Así que no voy a desaparecer por completo pero sí que las publicaciones serán más espaciadas. Además, pienso continuar con las colaboraciones en el blog de Umbilical y de Panasonic (hoy me estreno, por cierto) y por supuesto me mantendré activa en la redes sociales. Y como lo que no quiero es que el blog se convierta en una obligación, no voy a imponerme una periodicidad. Así que por aquí seguiremos. Hasta muy pronto