Quiero impregnarme de sus sabores, olores y colores. Te echaba de menos. Voy a caminar hacia donde me lleven los pies. Quiero perderme para encontrarme. Escuchar historias de otras vidas. Decir salam y shukran. Observar a los niños jugar. Allí, pocas veces lloran y pocos minutos en una plaza bastan para comprobar que la vida les ha espabilado mucho más que a ti. Quiero comer sola, sin prisa, disfrutando de los sabores y también acompañada y en otro idioma. Quiero probar allí de lo que no hay de aquí. Probar sin saber el qué para despertar a nuestro dormido paladar occidental. Comer en la terraza de un riad y también en fogones improvisados que viajan en un carromato.
Quiero apurar el día y también la noche. Escuchar otra música. Bailarla al descompas. Hacer el rídiculo. Quiero envolverme del caos y también del sosiego que encuentras detrás de cualquier puerta de la medina. Quiero viajar sin expectativas y dejarme sorprender. Seguro que lo haré.
Te puedes ir de Marruecos, pero él siempre permanecerá en ti.
¿Vienes conmigo a Marruecos?.
Mañana comienza el viaje, éste será especial porque esta vez viajo sola.
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