Tras la primera parte del viaje a Venecia con algunas recomendaciones de gastronomía y ocio, hoy toca lo que más me gusta: callejear. Y el primer sitio donde os quiero llevar es al lugar donde so obtiene una de las mejores vistas: el puente del museo de la Academia que cruza el Gran Canal. Al atardecer, montones de trípodes se amontonan para captar la instantánea perfecta. Y es que los colores de la puesta de sol en este punto de la ciudad son alucinantes.
Moverse en vaporetto no sólo es la opción más práctica sino que además permite disfrutar de algunas de las mejores postales de Venecia, como la que se puede admirar desde el otro lado de la Plaza San Marco. También es posible observar la misma imagen desde tierra firme. Y es que otro de los más bellos miradores de Venecia está en la Punta Della Dogana. Se encuentra en el distrito del Dorsoduro, donde se pueden hacer los mejores paseos. Tras cruzar el puente de la Academia, y después de llegar al Museo Peggy Guggenheim, hay que dirigirse en dirección a la Iglesia de Santa Maria de la Sallute, uno de los edificios religiosos más imponentes de la ciudad.
Otra de las zonas más bonitas y menos atestadas de turistas es Castello. San Marco puede llegar a ser agobiante, la verdad, así que se agradece poder caminar por callejuelas estrechas y atravesar pequeñas plazas sin ir esquivando turistas. Hablando de plazas, Campo Santa Marguerita tiene un animado mercado por las mañanas y una agitada vida nocturna por las noches. Para cafés y restaurantes, Campo Santo Stefano que está lleno de terrazas donde hacer un alto en el camino. Una plaza con mucho encanto es Campo Santa Maria Nova, en la que se encuentra una librería de segunda mano muy recomendable.
Imágenes: ToC ToC Vintage!
Aunque por muchos mapas y guías que uno lleve encima, a veces lo mejor es perderse. Y dejarte llevar. Al fin y al cabo, siempre puedes preguntarle a alguien para que te oriente si no consigues volver a tu hotel. Y además, esa es una forma de conocer gente interesante.