Hemos seleccionado la pared situada a los pies de nuestra cama, sí, ésa que vemos nada más abrir los ojos todas las mañanas.
Nos encantan las paredes neutras, casi rozando lo blanco impoluto y al mismo tiempo coordinándolas con diferentes elementos que salpique de vitalidad la estancia. Pocos elementos pero precisos, un pequeño espejo de madera con un entramado árabe que me encantó nada más verlo en la tienda...
La silla, réplica de la Eames, de la que me encapriché y sobre ella un pequeño plaid colorido, (como ya sabéis) me fascinan los textiles...
Cajitas, cajitas y más cajitas. Otra de mis obsesiones desde hace años, y por supuesto mis collares más coloridos, éste concretamente es mi preferido.
Para terminar, una piedra que conservo desde hace años de una obra de teatro a la que asistimos, en la que dice:
"Yo no he nacido para el odio, sino para el amor"
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DAR AMINA
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