Cósimo di Rondó, el protagonista de "El barón rampante" de Ítalo Calvino, sería feliz en este templo, que se esconde tras una fachada de bambú, como podéis ver, literalmente, para dar privacidad a las estancias, disminuir la polución, y fomentar el zen y tranquilidad de los monjes.
El bambú va acompañado, de unas "lianas" de 108 piezas de cristal de Svarowski, cada una, ¿por qué?, están hechas así a modo de recordatorio de un gran rosario budista y además, el 108 es un número significativo para el Budimo, ya que representa, la tentación material para ellos. Y qué mayor tentación, que las que puede ofrecer una de las ciudades más cosmopolitas?
El efecto de las cuentas de cristal junto a los bambús, me parece muy poético, ya que da todo tipo de reflejos de colores al reflectar la luz del sol.
Desde luego Yutaka Kawahara Design Studio, ha conseguido que en su interior haya ambiente de paz, tranquilidad, espacios diáfanos y minimalistas, Paseando por sus pasillos, no se tiene la sensación de estar en una ciudad, si no fuese porque al asomarse un poco se ven los coches aparacados. Yo hubiese incluido aún más bambú en la fachada, ya puestos, que no se vea nada de hormigón, pero quizás sería demasiado agobiante?
¿No os parece, que debe ser un lugar mágicamente tranquilizador?, desde luego invita a la reflexión y meditación de la religión que representa. ¿Qué os ha parecido?, ¿creéis que es posible ser "zen" en la ciudad?.
Mil besos y feliz finde.
Mónica t.
***fuente: Yellow Trace