El diseñador de interiores Joakim Walles, nos presenta un interior en el que se comprueba que “lo bello siempre viene en ‘frascos’ pequeños”.
El estilo particular de esta vivienda tiene mucha personalidad y es rica en contrastes y encanto ecléctico. Al final, el espacio resulta amplio gracias a la luminosidad que entra por los ventanales. El uso del escaso espacio, se resuelve de forma inteligente. Para ganar en sensación de amplitud, pero no perder la utilidad de un dormitorio separado de la zona social, se proyecta una estantería abierta a modo de división entre la sala de estar y cocina, con el dormitorio. Se crea así la intimidad necesaria permitiendo que la luz se deslice a través de los libros, la cerámica y las obras de arte de la misma. El solado de madera aporta calidez a todo el conjunto de paleta en blanco de base. En el dormitorio, bajo la ventana, se ubica una zona de mesa de trabajo amplia y completa .
La mesa de comedor con pie de metal y sobre de mármol, ofrece el contraste perfecto a la cocina, abierta pero con muebles de madera oscura sin tiradores, que se integran en todo el espacio y que quedan como piezas de almacenaje o armario en la zona de comedor y salón. ¿No os parece un mini espacio lleno de personalidad y aprovechado al máximo?
Fotografías [ ] Joakim Walles