Pero ¿por qué empleamos este material y no otro? Su uso se debe principalmente a que sus características lo hacen idóneo para un uso intensivo diario. Su dureza, resistencia e higiene son algunos de sus grandes aliados.
Resistencia
Una de sus principales características es la resistencia. Y es que un vidrio templado de unos 8 milímetros de grosor puede resistir el choque de una bola de acero de 500 gramos desde una altura de 2 metros. Un golpe muy fuerte y que supera con creces a cualquiera de los que pueden ocurrir en un cuarto de baño o negocio convencional.
Rotura
En caso de romperse, la principal ventaja del vidrio templado es que lo hace en pequeñas partículas de formas redondeadas. Estas quedan compactas y unidas, sin generar restos por el suelo que puedan ser peligro. Sin embargo, en el vidrio común la rotura general pequeños fragmentos con puntas afiladas que pueden ser muy peligrosas.
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Higiene
En lo relativo a su higiene, el vidrio templado no presenta ningún problema ya que puede ser limpiado con cualquier producto de limpieza común. Además, su estructura compacta y completamente lisa hace que no queden huecos minúsculos en los que puedan almacenarse virus.
Temperatura
Otra característica destacable es que el vidrio templado no absorbe el calor y ayuda a mantener una temperatura más estable. Además, su resistencia térmica aumenta hasta los 250º entre sus caras.
A modo de resumen, en la siguiente tabla podemos ver recogidas algunas de sus principales características.
Fuente: este post proviene de Banium, donde puedes consultar el contenido original.
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