El rosa ha sido víctima de los prejuicios de mucha gente por miedo a que su uso otorgara un aire demasiado cursi a sus casas. Si bien es cierto que dependiendo del tono y de la cantidad puede llegar a cansar o parecer demasiado infantil, un uso apropiado lo convertirá en un aliado excelente para tu hogar. Las conexiones psicológicas que se le atribuyen hacen referencia al amor, pero con un matiz más tierno que el rojo, el cual se acerca más a la pasión. Pese a ser un color cálido, actúa como calmante en los sitios en los que aparece. Esta mezcla de afectividad y tranquilidad le hace único en la escala cromática.
Apacible y versátil
Inevitablemente emparentado con lo femenino, difícilmente encontrará sitio en el cuarto de un chico adolescente. Esto, sin embargo, no impedirá que podamos emplearlo con profusión en el resto de nuestra casa. Cocinas, baños, salones y el resto de dormitorios podrán recibir su visita perfectamente.La hospitalidad que emana de él, su calidez y su aura de bondad facilitarán nuestra labor a la hora de decorar nuestros salones. Unos tonos pálidos en las paredes o algo más fuertes en los cojines crearán esas sensaciones tan apreciadas en estas estancias.
No sólo para ellas
El empleo en los cuartos no está limitado al de las niñas. La gama del rosa tiene numerosas opciones elegantes y totalmente válidas para un dormitorio de adultos. Si a esto le sumamos que facilita el sueño y el descanso por el optimismo que desprende, no hay razón para no tenerlo en consideración para nuestra propia habitación.En el baño, escogiendo tonalidades cercanas a los colores carne, incrementaremos la impresión de poseer una piel saludable, además de hacer nuestras duchas y baños mucho más agradables. Si en vez de estos efectos apacibles preferimos algo más animado, optaremos por valores más brillantes y alegres.
Sin embargo, no es el color más adecuado para los rincones dedicados a la concentración, pues resulta demasiado blando y disperso y puede conllevar distracciones.
Cambiar con las estaciones
Para combinarlo existen multitud de posibilidades entre las que elegir. Incluso puedes variar dependiendo de la estación del año en que te encuentres, ya que la cantidad de luz será distinta. En verano atrévete con fucsias y frambuesas, mientras que para el invierno puedes dejar un rosa amarillento o salmón para asegurarte una mayor luminosidad.Normalmente, lo encontraremos acompañado por blancos, beiges y demás tonos claros. En cualquier estancia en la que se cuente entre ellos, la atmósfera de intimidad será realmente acogedora y ligera. Además, nos servirá para ganar claridad en aquellos lugares que lo necesiten.
Imágenes: Facilísimo.com y Titan