Ante una reforma profunda en casa o un proyecto decorativo completo en nuestra recién estrenada vivienda, no podemos olvidarnos de integrar los techos en su diseño. La mayoría de las veces son los grandes abandonados, a favor de las paredes y lo suelos. Sin embargo, pueden incrementar el confort de las habitaciones y, por supuesto, cautivarnos si los pintamos o empapelamos con audacia. No te olvides de ellos.
Integrar los techos: la magia de unificar
Cualquier tipo de revestimiento de este material aportará una luz cálida difícil de lograr de otra manera. Además, es una gran elección desde el punto de vista funcional. Podremos estar tranquilos porque envejece bien y nos servirá para rodearnos de un nuevo aislamiento acústico y térmico. Si decidimos utilizar madera para integrar los techos de una cocina o un baño recién reformado, lo ideal es aplicar un barniz que garantice mantener en perfecto estado su tono original y además darle una cualidad hidrófuga.
Quizá la madera no figura entre nuestros materiales favoritos. Somos más de acabados industriales. Nada como integrar los techos apostando por soluciones de acero inoxidable para unificar estancias que comparten un mismo escenario. Tal vez un recibidor abierto a un salón de estilo industrial y de techos altos. Si hay cerca muebles de maderas claras y grandes lámparas de mimbre, la decoración quedará equilibrada en calidez y frescura.
Juegos ópticos que dividen el espacio
Pues bien, podemos apoyarnos en ellos para delimitar visualmente cualquier zona de casa abierta y despejada. La gracia de este recurso es la libertad que nos dará para buscar combinaciones que contrasten mucho. Con la originalidad que esto conlleva. Puede que nos apetezca separar una zona de lectura de una cocina americana mediante una solución especial. ¿Qué tal integrar los techos con papeles pintados de patrones geométricos? Adelante con la idea.
Luces tenues y misteriosas
Estas luces indirectas son una excelente fórmula para integrar los techos con una elegancia muy moderna. Pueden ser tiras de LED, o tipo incandescente y gracias a ellas se transformarán en superficies que emiten una iluminación homogénea y continua, como discretos baños de luz. Quizá el reto sea integrar los techos de ese pasillo excesivamente largo y alto que tenemos en casa. Unas luces de este tipo pueden bastar para que su atmósfera cambie sin renunciar a una iluminación que deja ver.
Irresistibles a todo color
Siempre y cuando se tengan en cuenta ciertos aspectos antes de lanzarnos a estudiar a fondo la paleta cromática. Por un lado no olvidar que existen tonos fríos, como los azules y violetas, y otros cálidos, como toda la gama de los naranjas. Y ese efecto quedará plasmado en el ambiente donde hayamos decidido integrar los techos. Además de teñir la habitación con el color escogido. Por otra lado, la idea de pintarlos mediante tonos muy oscuros es una oportunidad única para conseguir disimular ciertos defectos espaciales, como las dimensiones excesivas de una habitación. Ópticamente reducen la altura. Es cuestión de dejarnos sorprender y descubrir todo lo que aportan.
¿Tú también te atreverás?
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